1 de diciembre de 2003

¿BIENAVENTURADOS LOS “PACÍFICOS”?

De los tres resultados: victoria, derrota o empate, a los que un jugador puede desembocar tras una partida de ajedrez es el último de ellos, o sea las tablas, el que ofrece mayor número de posibles formas de conseguirlo. El “ahogado” del Rey rival, la triple repetición de la posición, la realización de 50 jugadas sin capturar pieza o mover peón, y la posición sobre el tablero desde la que es imposible dar mate haciendo jugadas legales (R+2C contra R, por ejemplo), son situaciones que el Reglamento reconoce y, a la vez, decreta como tablas. Pero a este mismo resultado de tablas, los contendientes pueden llegar...de mutuo acuerdo. Este acuerdo requiere, para ser efectivo, determinadas “formalidades” recogidas en el artículo 9.1. de las vigentes Leyes del Ajedrez. Pero los comportamientos “de fondo” que están detrás de alguno de estos acuerdos no ha parado, ni parará, de desatar polémicas...

Por supuesto que el Reglamento permite a los jugadores ponerse de acuerdo para resolver en empate su enfrentamiento sobre el tablero de ajedrez. Pero, por muy legal que resulte tal forma de proceder, nosotros seguimos viendo en ello un procedimiento desvirtuado, desprovisto del espíritu de lucha consustancial con la partida de ajedrez y, en ocasiones, un “abuso” de las posibilidades que brinda la normativa a temerosos jugadores muy remisos a la hora de desenvainar sus espadas...

Tablas para olvidar

Algunos sucesos de un pasado no demasiado lejano son muy esclarecedores al respecto. En el Campeonato del Mundo por equipos de Estudiantes celebrado en Graz (Austria) durante 1972, en el encuentro entre Alemania y EE.UU., la partida Hübner – Rogoff, se saldó con un solo movimiento: el alemán jugó 1.c4, propuso tablas y el americano aceptó. (Después de un bochornoso incidente, el árbitro castigó al germano con la pérdida del punto). Durante el torneo de Venecia 1974, las “estrellas” italianas del momento, Mariotti y Cosulich, protagonizaron este “durísimo” enfrentamiento: 1.h4 a5 2.a4 h5; y...se acordaron las tablas. En la última ronda del torneo de Luton (SE de Inglaterra) 1975, Miles y Reuben acordaron tablas ¡sin hacer una sola jugada!
El comportamiento deportivo de estos jugadores que, con tanta facilidad, firman un “pacto de no agresión” deja mucho que desear. El “excesivo amor a la paz”, séptimo de los pecados capitales denunciados en su día por Tartakower, ha contagiado a muchos GM, señalados con el dedo acusador de críticos y aficionados. Muy llamativo resultó el comportamiento del húngaro Istvan Bilek (nacido en 1932) quien, en un torneo de 11 jugadores disputado en Slupsk (Polonia) 1979, tras una primera ronda en la que quedó libre, entabló sus 10 partidas en 13, 14, 12, 14, 12, 9, 12, 13, 17 y 9 jugadas, consumiendo 5, 12, 15, 26, 7, 4, 5, 12, 18 y 5 minutos para “pensar” (¡¡??). En la década anterior, el GM yugoslavo Trifunovic consiguió, tras varios “intentos” fallidos, empatar todas las partidas (¡nada menos que 15!) que disputó, es un decir, en el torneo de Leipzig 1965.

!Jaquetazo!, con retraso, al GM Bilek
El record (¿?¡¡) del GM Bilek fue superado por su compatriota Péter Szekely quien, participando en el Grupo 1º de los torneos que se celebraron en La Habana como Memorial Capablanca el año 2003, consiguió empatar las 12 partidas que disputó –es un decir- realizando una media de 11 movimientos por partida (La más larga duró 13 jugadas y la más corta 6).



Las llamadas tablas “de grandes maestros” o “de salón” han contaminado la lucha de los torneos. Entre ellas se dan los empates debidos al mutuo respeto (tablas por “reputación”, las denomina Andy Soltis, periodista, autor de un montón de libros y GM de EE. UU.); pero también los que nacen de la cobardía, del miedo a perder, a rebajar el ELO propio... Wirthenson y Kurajica se sentaron frente a frente en Biel 1981, para hacer estos movimientos: 1.c4 e6 2.d4 d5 3.Cf3 Ab4+ 4.Ad2. Se miraron a los ojos, se estrecharon las manos en señal de consentimiento y firmaron las tablas. Parecidos “combates” son tan frecuentes en los torneos actuales que hasta, en los medios especializados, han dejado de aparecer: no tienen interés alguno, ni son noticia. Yo mismo he presenciado en directo, sin embargo, algo más bochornoso aún. En la última ronda de un torneo, dos “profesionales” (?), después de acordar el empate en menos de 1 minuto de juego, se levantaron de la mesa y fueron en busca de los organizadores para cobrar inmediatamente los premios y salir disparados de la sala de juego.

Hace más de 40 años, el publicista americano Irving Chernev propuso crear un Premio Nobel de la Paz para ser otorgado a alguno de estos pacíficos recalcitrantes. La propuesta no prosperó. Nos gustaría, sin embargo, proponer ahora su reconsideración si bien, con una finalidad un tanto diferente.

Tablas para recordar

Al rememorar los anteriores sucesos (...y muchos más, semejantes) no podemos menos de añorar otros encuentros más atrayentes en los que, por el contrario, se hizo brillar el resultado de tablas como lógica terminación de una contienda ajedrecística encarnizada y bien conducida por ambos rivales.

Hubo tablas por final
que a tal conclusión se llega
si de ambas partes se juega
de manera magistral.

Como escribió Mariano Ezcurra Gonzalvo en su “Filosofía del Ajedrez”. O como anota M. Tahl en el prólogo del libro (“Tablas”) de L. Verjovsky: “...comparando un número bastante grande de partidas jugadas por mí aquí y allá (unas como vencedor y otras como vencido), ocupan un lugar destacado en mi memoria los encuentros terminados en tablas”. Pero fueron tablas con lucha, tablas para recordar...y no las anémicas parodias a las que nos hemos referido en los párrafos de más arriba.
La partida siguiente puede encontrarse en muy diversas publicaciones. Es una joya que merece ser recordada...

Hampe - Meitner
Viena, 1872

1.e4 e5 2.¤c3 ¥c5 3.¤a4? ¥xf2+! 4.¢xf2 £h4+ 5.¢e3
Otra alternativa hubiera sido 5.g3 £xe4 6.¤f3 £xa4 7.£e2 ¤c6 8.d4
5...£f4+ 6.¢d3 d5 7.¢c3 £xe4 8.¢b3 ¤a6 9.a3

El Rey blanco se abre la puerta de una fortaleza que sería difícil asaltar por el adversario...
9...£xa4+!!
...pero las negras ofrecen un sacrificio de Dama, llevándose por delante a la única pieza desarrollada (?) del bando rival. 10.¢xa4 ¤c5+ 11.¢b4
Profundos análisis realizados a lo largo de muchos años han establecido que la mejor continuación para ambos bandos, a partir de este momento, era: 11.¢b5 ¤e7! 12.c4! d4 13.¢xc5! a5 14.£a4+ ¢d8 15.£xa5! ¦xa5+ 16.¢b4 con superioridad blanca. Quien lo desee puede "jugar" con estos y otros movimientos para disfrutar, quizás, con algún hallazgo.
11...a5+!!
¡Formidable visión! El conductor de las negras no escatima material para alejar al Rey adversario de su campo y adentrarlo en el propio.
12.¢xc5 ¤e7!
El Rey peregrino está encerrado en una red de mate. Afortunadamente para él, sus huestes van a realizar los movimientos precisos para salvarle.
13.¥b5+! ¢d8 14.¥c6 b6+ 15.¢b5 ¤xc6! 16.¢xc6
Se amenazaba 16... ¤d4+ 17.¢a4 ¥d7#; y no es posible 16.c3 ¤d4+!; ni tampoco 16.¢a4 , pues con la misma idea sigue 16...¤d4 17.£e2 ¥d7+ 18.£b5 ¥xb5# 16...¥b7+! 17.¢b5!
Por supuesto que si 17.¢xb7? , seguiría 17... 17...¢d7! 18.£g4+ ¢d6 y las blancas no pueden parar el mate.
17...¥a6+ 18.¢c6!
Necesario. Si 18.¢a4? , la respuesta es 18... 18...¥c4! y 19...b5 mate.
18...¥b7+        Tablas

Muchos años más tarde, en el Campeonato Juvenil de Suiza, julio de 1956, apareció sobre uno de los tableros la siguiente y sorprendente “repetición” de lo que acabamos de ver:

R. Frauenfelder - M. Gschwend

1.e4 e5 2.¥c4 ¤c6 3.£e2 ¤a5
4.¥xf7+ ¢xf7 5.£h5+ ¢e6.
A partir de aquí, las blancas fueron repitiendo los movimientos que hicieron las negras en la partida anterior, y éstas respondieron como lo hiciera el Blanco allí. 6.£f5+ ¢d6 7.d4 ¢c6 8.£xe5 ¢b6 9.¤a3 a6 10.£xa5+ ¢xa5 11.¤c4+ ¢b5 12.a4+ ¢xc4 13.¤e2 ¥b4+ 14.¢d1 ¥c3 15.b3+ ¢b4 16.¤xc3 ¢xc3 17.¥b2+ ¢b4 18.¥a3+ ¢c3
...y tablas por jaque perpetuo.

La explicación de lo sucedido fue definitivamente descubierta por Richard Foster que, en mayo de 1998, habló del asunto con el mismísimo R. Frauenfelder. Este confesó que varios de los participantes, y entre ellos Gschwend, estuvieron residiendo en la casa de su familia, durante la celebración del torneo. Ambos habían perdido de mala manera el día anterior y entonces decidieron inventarse una divertida y espectacular partida para hacer tablas. Así lo hicieron, a partir del encuentro del siglo anterior que hemos visto primeramente. Luego, la “representaron” en la sala del torneo.

Hace unos años, en un torneo juvenil de los EE.UU. los espectadores se quedaron asombrados al contemplar el desarrollo de la siguiente partida:

1.¤c3 c5 2.e4 d6 3.¤f3 ¤f6 4.d4 cxd4 5.¤xd4 a6 6.¥g5 e6 7.f4 £b6 8.e5 £xb2 9.¥b5+ ¤fd7 10.£f3

Todos los movimientos anteriores parecen realizados con el premeditado fin de alcanzar esta posición... Las blancas ofrecen ahora el sacrificio "inmortal". 10...£xa1+ 11.¢f2 £xh1?
La tentación era demasiado grande. Mejor , por supuesto, hubiera sido 11...£b2 ; pero entonces estaríamos hablando de otra cosa...

12.¤xe6! fxe6 13.£g4 ¢f7

14.£xe6+!!
Extraordinaria desde todos los puntos de vista pues, además de ser la mejor jugada en este momento, resulta brillantísima como clave de la combinación para conseguir el jaque perpetuo.
14...¢xe6 15.¥c4+ d5 16.¥xd5+ ¢f5 17.¥e4+ ¢g4
Si 17...¢e6 18.¥d5+
18.¥f3+ 
Tablas

El suceso se publicó en varias revistas, con el mismo buen recibimiento por parte de los aficionados. Sólo unos meses más tarde pudo conocerse la verdad de lo ocurrido. Se trataba en realidad de una partida compuesta por Emory Tate, un bromista y fuerte jugador americano que ha sido 7 veces campeón de las Fuerzas Armadas de su país. Los jóvenes tuvieron conocimiento de su desarrollo y, habiendo acordado previamente el resultado de su próximo enfrentamiento en el torneo, decidieron “representar” la partida para dar verosimilitud al resultado que deseaban ver en el cuadro de clasificación. Esta farsa permitió, no obstante, que muchos aficionados conociéramos la “creación” de Emory Tate.

Representación” del acuerdo de tablas
.
No es que vayamos a aplaudir desde aquí la forma de proceder de estos jóvenes jugadores... El acuerdo previo sobre el resultado de la partida existe como en otros casos; y ya eso, no nos gusta. Lo que sucede es que “su representación” resulta, a primera vista al menos, mucho más atrayente para el espectador aficionado ...

La “copia” de partidas anteriormente jugadas no es, por otra parte, exclusiva de los jóvenes. Creo que merece la pena fijarse en el desarrollo de la siguiente partida y en la nota que reproducimos al final de la misma:
G. Sax – Y. Seirawan
Bruselas, 1988

1.e4 d6 2.d4 ¤f6 3.¤c3 g6 4.f4 ¥g7 5.¤f3 c5 6.¥b5+ ¥d7 7.e5 ¤g4 8.e6 fxe6 
Durante mucho tiempo, la TEORÏA consideraba el movimiento del texto como un error grave. La única posibilidad aceptable era, en este momento 8...¥xb5 9.¤g5
Esta, se pensaba, era la refutación de la continuación elegida por el Negro. Pero, mientras se preparaba para el Interzonal de Zagreb, Seirawan descubrió algo en el verano de 1987...
9...¥xb5 10.¤xe6

Las complejidades de 10.¤xb5 ; o las de 10.£xg4 , no debieron convencer demasiado al jugador húngaro.
10...¥xd4!!
La clave de lo ideado por Seirawan 11.¤xd8 ¥f2+ 12.¢d2 ¥e3+
Tablas; el jaque perpetuo no tiene oposición.

Esta ha llegado a ser una de las líneas más utilizadas por aburridos competidores que se ven obligados a jugar para cumplir un pre-acuerdo de tablas, como lo atestiguan las 28 ocasiones que aparecen en mi base de datos” anota Steve Giddins en “101 Chess Openings Traps”. Muchos “copiones” de lo mismo nos parecen a nosotros. ¿Quizás ignoraban que hay otras muchas oportunidades...?

Sugerencia

Los Premios de Belleza están en decadencia, no por falta de donantes, sino porque no hay mucho que premiar. Así que, dada la abundancia de anodinas tablas y la escasez de brillantes combinaciones sobre el tablero... acaso tuviera sorprendentes efectos crear en los torneos un premio para la partida, real o “compuesta”, que ofreciera un resultado de tablas más bello. Como es sabido, a lo largo del tiempo se han producido muy brillantes partidas terminadas con ese resultado. También muy breves encuentros que se resolvieron, por ejemplo, con un jaque perpetuo... ¿Por qué no incentivar la producción?

Repasando revistas del pasado he vuelto a encontrarme con esta diminuta confrontación:

Djuric - Brkic
Porec, Agosto 1974

1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥xc6 dxc6 5.0–0 ¥g4 6.h3 h5 7.c3?
Mejor parece 7.d3 £f6 8.¤bd2; 7.hxg4 hxg4 , y el Caballo blanco no puede retirarse a ninguna parte pues permitiría a la Dama rival ocupar la casilla h4 con efecto decisivo.
7...£d3 8.hxg4 hxg4
9.¤xe5
Después de 9.¤e1? , las blancas quedarían curiosamente impotentes tras 9... 9...¦h1+ 10.¢xh1 £xf1+ 11.¢h2 9...¥d6! ¡Increíble! Pero otras jugadas dejan superioridad a las blancas.
10.¤xd3
En caso de 10.¤xg4 ¤f6 11.¤xf6+ gxf6 y las blancas , aunque con ventaja material, tienen que resolver las amenazas que pesan sobre su Rey; si ahora 12.g3 ¥xg3. Así que permitieron...
10...¥h2+ , que inicia el jaque perpetuo.

El encuentro corresponde al Campeonato Junior de Yugoslavia de aquel año. Otra vez, los jóvenes como protagonistas. ¿Resultado previamente acordado? ¿Partida compuesta?. Ignoro estos extremos. Pero, en cualquier caso, se ve con más agrado que esas brevísimas y secas tablas que, con demasiado frecuencia, se nos ofrecen en los torneos.

He aquí otro suceso. Korchnoy y Taimanov eran los principales favoritos al triunfo final en el torneo de Hastings 1955-56. Para no estropearse mutuamente las posibilidades acordaron entablar su partida. Con tal fin, “compusieron” una secuencia de movimientos en la que, tras un sacrificio de Caballo, las blancas obligaban a su adversario a repetir la posición. Tablas tras 21 jugadas. Podría ser una sugerencia: Si, para hacer tablas una partida, hay acuerdo previo, ¡mejor representarlo, aunque sea una farsa, en forma bella...!

Las partidas que ofrecemos a continuación son ejemplos curiosos del jaque perpetuo. ¿Compuestos? Yo no lo creo.... En cualquier caso se ven con más agrado que los descarados y evidentes “acuerdos” expuestos en la primera parte de este artículo.
El record, en cuanto a brevedad, creo que lo ostenta este olímpico enfrentamiento entre los representantes de Gales y Francia. Aquí se ofrece para estímulo de quienes quieran trabajar poco y acepten seguir nuestra sugerencia.

Nigel Davies - Olivier Renet
Haifa, 1989

1.e4 c5 2.d3 ¤c6 3.g3 d5 4.exd5 £xd5 5.¤f3 ¤d4 6.¥g2
6...¥h3
Otra línea es 6...¥g4 7.¤bd2 £e6+ 8.¢f1 7.¥xh3 ¤xf3+ 8.¢f1 ¤d2+
Si 8...¤d4 9.¥g2; con 8...¤h4 , se llegaría a lo mismo que en la partida: 9.¢g1 ¤f3+ 9.¢g1 ¤f3+ 10.¢f1 ¤d2+ , etc

Hay muchas más posibilidades de llegar pronto al jaque perpetuo... El siguiente es un divertido ejemplo que debemos al GM inglés Raymond Keene, campeón británico en 1971:

R. Keene (simul) - D. Anderton
Birmingham, 29.04.1977

1.c4 ¤f6 2.¤c3 e6 3.e4 ¥b4 4.e5 ¤g8 5.£g4 ¤e7
Otras alternativas como 5...¥f8 ; 5...¢f8; y 5...g6 , no pierden material, pero dejan el campo a las blancas.
6.£xg7 ¤g6 7.¤e4 ¥f8
Después de 7...¥e7 , el juego podría continuar 8.¤f6+ ¥xf6 9.exf6 ¤c6 10.h4 h5 11.¥d3 ¤ce5 12.¥c2 c5 13.f4 , con evidente superioridad de las blancas.

8.¤f6+ ¢e7 9.¤g8+ ¢e8 10.£xh8! Brillante forma de asegurarse el jaque perpetuo: las negras no pueden evitarlo salvo que acepten la desventaja material. 10...¤xh8 11.¤f6+ ¢e7 12.¤g8+ etc.

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