1 de mayo de 2008

Retaguardias de Lujo


Julián Alonso Martín

Jaque 621 

Creo que fue el general Rojo, probablemente la cabeza “mejor amueblada” del ejército republicano durante la Guerra Civil española, quien dijo que “las guerras se ganan en la retaguardia”. Yo no sé si los rusos rechazaron y después derrotaron a los alemanes en la II Guerra Mundial gracias a la tarea desempeñada por su retaguardia. Lo que sí sé es que el ajedrez soviético prestó un gran servicio a los ejércitos de su país actuando en las líneas alejadas de los frentes de batalla.

Cientos de miles de jugadores –según Grekov- fueron inmediatamente movilizados en las fechas que siguieron a la invasión alemana. En junio de 1941, se estaba disputando en Rostov del Don una de las cuatro semifinales programadas para seleccionar a los participantes en el que debería haber sido el XIII Campeonato Absoluto de la URSS. La tarde en la que se disputaba la 9ª ronda, la esposa de Ilyin-Genevsky entró en la sala de juego y, muy agitada, informó a los presentes: “En la radio están diciendo que los alemanes han atacado a la Unión Soviética”. Sólo faltaba disputar la 10ª ronda... Pero, al día siguiente, 23 de junio, varios de los participantes recibieron la orden de incorporarse a los centros de reclutamiento. Pocos días más tarde, Genrik Kasparian se encontraba ya en Crimea participando en las más duras batallas.



Todos los varones nacidos entre 1905 y 1918 fueron llamados a prestar su ayuda para la defensa de la patria. Los jugadores de ajedrez, desde los principiantes hasta los maestros, sirvieron a su país en tiempo de guerra de muy diferentes maneras: en los frentes de batalla y en la retaguardia, en las fábricas, en los talleres y en los laboratorios... Alexander Chistyakov, que tenía el título de Maestro del Deporte desde 1938, luchó en Crimea, enrolado en un batallón de zapadores. A Pavel Kondratiev le correspondió prestar servicios en un torpedero. Por su parte, Josif Pogrebissky se unió al cuerpo de Caballería y recorrió, luchando, el camino desde Stalingrado a Berlín. Cuando comenzó la guerra, este maestro de Kiev era un civil que hablaba diez idiomas y tenía escritos algunos libros sobre temas de mecánica; a su regreso había alcanzado el grado de comandante. Y el de capitán de navío, Grigory Goldberg (1908-1976) que fue “segundo” de Botwinnik en su match con Smyslov de 1958.

Con 18 años, Semyon Furman comenzó a trabajar como ajustador en una fábrica de Leningrado; en 1941, fue evacuado de la ciudad sitiada y desplazado a Kazan donde se había instalado la fábrica.

Botwinnik, que ya era un “privilegiado”, prestó no obstante sus conocimientos de ingeniería para inspeccionar la producción eléctrica en los Urales.

Por su parte, Alexander Kotov se quedó en Moscú. Estuvo trabajando para la oficina de proyectos en una fábrica de material de guerra, donde llegó a ocupar el cargo de ingeniero-jefe. Después de muchos meses de estudio, duro trabajo e investigación, consiguió construir un lanzagranadas que fue rápida y provechosamente utilizado en aquella guerra. Por este logro, Kotov recibió una condecoración (la Orden de Lenin) que le fue entregada en una ceremonia celebrada en el Kremlin a mediados de 1944.
Sergey Belavenetz,
primera víctima mortal entre los maestros
 
Como otros sectores de la población civil, los ajedrecistas conocieron los horrores de la guerra, padecieron el dolor, las heridas y la muerte. Belavenetz que había sido campeón de Moscú 1937-38 y participó en la mencionada semifinal de Rostov del Don, resultó la primera víctima mortal entre los maestros. Mark Stolberg, el más joven de los participantes en la misma semifinal, también cayó en el frente, cerca de Novosibirsk, cuando sólo contaba 20 años y ya se le auguraba un prometedor futuro. El 4 de septiembre de 1941 comenzaba el asedio de Leningrado: novecientos días estuvo la ciudad sitiada. Los compositores Alexey Troitzky y Leonid Kubbel, murieron durante ese tiempo. Nikolai Riumin e Ilya Rabinovich, aunque consiguieron salir de la ciudad cercada, murieron poco después. Se dijo también –hoy parece comprobado-que Ilyin-Genevsky había fallecido a consecuencia de una bomba que soltó un avión alemán sobre la barca ocupada por un grupo de leningradenses que huían de la ciudad amenazada atravesando el lago Ladoga.


Mucho más numerosos fueron los heridos. Ellos merecen especial consideración en estas notas... Porque, retirados del frente de batalla a causa de sus heridas o enfermedades, siguieron prestando servicios de muy variada naturaleza a su país, aunque siempre con sus esfuerzos dirigidos contra el invasor alemán. Y, terminada la guerra, sirvieron a la causa del ajedrez enseñando los rudimentos del juego a otros, haciendo de preparadores de los más dotados o entrenadores de los que ya eran figuras destacadas, escribiendo libros, trabajando y analizando el juego formando su acervo teórico….

En octubre de 1941, Vasily Byvshev resultó gravemente herido en la defensa de Moscú. Años más tarde se convirtió en un prominente entrenador de Leningrado.

Chystiakov, pianista de profesión al que ya hemos mencionado, enseñó ajedrez después de la Guerra a los más jóvenes del Palacio de los Pioneros de Moscú.

Una alumna de Pavel Kondratiev, Irina Levitina, disputó a Maya Chiburdanidze el título femenino mundial en 1984.

Algunos de aquellos heridos consiguieron luego un cierto renombre en diferentes ámbitos de nuestro juego. Yacob Neistadt, mandaba, con poco más de dieciocho años, un pelotón de fusileros y, al terminar la guerra, regresó a casa herido y enfermo de tuberculosis. Trabajó como editor de “El Ajedrez en la URSS” y luego como redactor-jefe de “64”. Prolífico autor, a Occidente han llegado varios de sus cuidados libros. (Sosonko le dedica un capítulo en su última -por ahora- publicación: “Smart Chip from St. Petersburg”).



El bielorruso, nacido en Minsk, Gavriil Veresov (1912-79) también cayó herido en el frente de batalla y alcanzó el grado de capitán. De regreso a su ciudad, una vez terminada la guerra, resultó elegido por el pueblo para el Soviet Supremo de la República. Luego ocupó un alto cargo en la Sociedad Bielorrusa para las Relaciones Culturales con los Países Extranjeros y estuvo al frente de la Sección de Ajedrez, realizando un buen trabajo para popularizar el juego en los pueblos y ciudades de la república.

La opinión de Bronstein: “Debe usted saber que Veresov era anti-semita; vivía en Minsk y era un auténtico enemigo de Isaac Boleslavsky”, me dejó un tanto sorprendido… pero así queda recogido en “The Sorcerer´s Apprentice” del genio recientemente fallecido.

Pyotr Dubinin (1909-83) llevó en su mochila un libro de ajedrez durante todo el tiempo que estuvo luchando en el frente del Oeste. Su comportamiento militar mereció numerosas condecoraciones. Sufrió la congelación de ambas piernas y, después de una grave “neurosis de guerra”, fue enviado a la retaguardia con el grado de comandante.

Había nacido en Varsovia en el seno de una familia que formaban Vasily Dubinin, obrero metalúrgico, y María Leontevna, de nacionalidad polaca. Poco después del comienzo de la Primera Guerra Mundial, la familia se trasladó a Nijni Novgorod, una de las más grandes ciudades rusas, al Este de Moscú y en la confluencia de los ríos Volga y Oka. Cansado por la constante búsqueda de trabajo y de la dura lucha para obtener medios de subsistencia, el padre murió de agotamiento en 1921, en plena guerra civil. Así que el joven Pyotr, con sólo 14 años, se vio obligado a colocarse como cargador de los muelles para ayudar al sostenimiento de la familia.

Los trabajadores que montaban un puente para cruzar el río Oka solían reunirse por las tardes en un club de la ciudad y se entretenían leyendo periódicos o jugando al ajedrez. En ese lugar se presentó un día el joven cargador y pronto empezó a destacar hasta el punto que sus amigos lo conocían como “nuestro campeón”.

En 1932, la ciudad cambió de nombre y pasó a llamarse Gorki en memoria del famoso novelista que allí había nacido en 1862. Los soviéticos convirtieron la ciudad en un gran centro industrial montando una factoría gigante de automóviles que fue durante algún tiempo (1941) la única fuente de suministro de coches y camiones para el Ejército Rojo y no detuvo su trabajo a pesar de de las incursiones de la aviación nazi.

Con 23 años, P. Dubinin comienza a prestar servicios en el ejército y, participando en sus competiciones, tiene oportunidad de mejorar mucho su juego. En 1934, se encuentra con el éxito: representando a Gorki, participa en el campeonato de la Federación Rusa y se clasifica en el segundo lugar –detrás de Belavenetz- sin perder partida. Cuando está próxima la terminación del año, se encuentra en Leningrado disputando la final del IX Campeonato de la URSS; su pobre clasificación (18º/19º entre 20 jugadores) no deslució, sin embargo, sus triunfos sobre I. Rabinovich (1º/2º clasificado), Lisitsyn, Ragozin, Chekover e Ilyin-Genevsky.

Dubinin, P. - Petrov, N.

Rostov del Don, 1936

(Los comentarios son del ganador)



1.e4 e6 2.d4 d5 3.¤c3 dxe4


Una defensa muy pasiva que da al Negro un juego muy apretado y con oportunidades de ganar reducidas al mínimo.


4.¤xe4 ¤d7 5.¤f3 ¤gf6 6.¤g3 c5 7.dxc5 ¥xc5 8.¥d3 £b6


Esto incrementa las dificultades de las negras. Era mejor 8...0–0 seguido de ...b6 y ...¥b7, con una partida relativamente satisfactoria.


9.0–0 0–0 10.£e2 ¦e8 11.c3 ¤f8


Preferible hubiera sido reconocer que su octavo movimiento había constituido un error, jugando ahora 11...£c7 y luego ...b6.


12.¤e5 ¤g6 13.¥xg6!


Este inesperado movimiento comienza un ingenioso ataque en el ala de Rey. El elemento más importante en eta acción será el avance del PTR.


13...hxg6 14.h4


Este ataque tiene más mordiente de lo que parece a primera vista.


14...£c7 15.h5 gxh5 16.¤xh5 ¤h7
El Negro retira su Caballo para evitar el debilitamiento su enroque en caso de ser cambiado; pero pasa por alto la combinación que viene ahora.


17.¤xg7!!


El sacrificio de Caballo es muy interesante pues aunque el Blanco no ha terminado su desarrollo, las negras son incapaces de conseguir una defensa satisfactoria. Una serie de golpes enérgicos se le viene encima hasta que su rendición es forzada.


17...¢xg7 18.£h5 ¥f8


La amenaza es: 19.¥h6+ ¢f6 (19...¢h8 20.¤xf7+) 20.£h4+ ¢xe5 21.¥f4+ y gana.; Si 18...¢g8 19.¦e1! ¦e7 (19...¦d8 20.¥h6 ¥f8 21.¦e3 con ataque ganador) 20.£g4+ ¢h8 21.¥h6.


19.¦e1 ¢g8 20.¦e3 ¦e7 21.¦g3+ ¥g7 22.¦xg7+!


De nuevo un sacrificio en g7.


22...¢xg7 23.¥h6+ ¢h8
24.¦d1! ¤f6


Resulta evidente que la situación de las negras es desesperada. En caso de 24...£xe5, 25.¦d8+ es definitiva. Contra 24...¥d7 es suficiente 25.¤xf7+ ¦xf7 (25...¢g8 26.£g6#) 26.£xf7 y todo se acabó.


25.¥g7+!


¡Tercer sacrificio en la misma casilla! Esto se está convirtiendo en una costumbre.


25...¢xg7 26.£g5+ ¢h8


Si 26...¢h7 27.¦d3; mientras que 26...¢f8 se responde con 27.£xf6 a6 (no) y no hay defensa contra 28.¤g6+.


27.£xf6+ ¢g8 28.¦d3 Se rinden.
[Event "J621 Rostov on Don"] [Site "Rostov on Don"] [Date "1936.??.??"] [Round "?"] [White "Dubinin, Peter Vasilievich"] [Black "Petrov, V."] [Result "1-0"] [ECO "C10"] [PlyCount "55"] [EventDate "1936.??.??"] [EventType "game"] [EventCountry "URS"] [Source "ChessBase"] [SourceDate "2013.11.20"] 1. e4 e6 2. d4 d5 3. Nc3 dxe4 4. Nxe4 Nd7 5. Nf3 Ngf6 6. Ng3 c5 7. dxc5 Bxc5 8. Bd3 Qb6 (8... O-O) 9. O-O O-O 10. Qe2 Re8 11. c3 Nf8 (11... Qc7 ) 12. Ne5 Ng6 13. Bxg6 $1 hxg6 14. h4 Qc7 15. h5 gxh5 16. Nxh5 Nh7 {Diagrama [#]} 17. Nxg7 $3 Kxg7 18. Qh5 Bf8 (18... Kg8 19. Re1 $1 Re7 (19... Rd8 20. Bh6 Bf8 21. Re3) 20. Qg4+ Kh8 21. Bh6) 19. Re1 Kg8 20. Re3 Re7 21. Rg3+ Bg7 22. Rxg7+ $1 Kxg7 23. Bh6+ Kh8 {Diagrama [#]} 24. Rd1 $1 Nf6 (24... Bd7 25. Nxf7+ Rxf7 26. Qxf7) 25. Bg7+ $1 (25. Rf1) 25... Kxg7 26. Qg5+ Kh8 (26... Kh7 27. Rd3 ) (26... Kf8 27. Qxf6) 27. Qxf6+ Kg8 28. Rd3 1-0

Seguimos hablando de Dubinin…Con más de 190 cm de estatura y más de 110 kilos de peso, su presencia física le hizo merecedor del título de “Hércules del Volga”. Escribe Kotov en sus “Apuntes de un ajedrecista” que “era blando de carácter y, de ordinario, solía andar con miedo por la escena donde se celebraban los torneos, como si temiera aplastar a algún jugador, particularmente a los de escasa estatura como Belavenetz o yo.”


 
Mejores fueron sus clasificaciones (8º lugar) en el XI Campeonato de la URSS (1939) y en el XII (1940). (Recordemos que el siguiente campeonato -el XIII- no pudo celebrarse hasta 1944 por causa de la guerra). Dubinin estaba jugando la semifinal de Rostov del Don que hemos mencionado al principio cuando, en junio de 1941, los alemanes invadieron el territorio de la URSS… Y cuando, junto a su batallón, participaba en el ataque a la ciudad de Könisberg, a orillas del mar Báltico, recibió una invitación para las semifinales del XIV campeonato soviético. El asalto comenzó el 8 de abril de 1945 y, dos días más tarde, la ciudad ya estaba en poder de los rusos; en 1946 pasó a llamarse Kaliningrado.

Después de la guerra Pyotr Dubinin se estableció en Gorki donde trabajó activamente para popularizar el ajedrez entre los trabajadores de la gran factoría automovilística. Pero no vemos su nombre en ningún otro Campeonato Absoluto de la URSS. Sin embargo, tenemos que reseñar un hecho curioso relacionado, todavía, con su participación en el juego ante el tablero. En dos años consecutivos, 1948 y 49, obtiene dos Premios de Belleza por partidas ganadas al mismo adversario (Novotelnov) y en la misma competición (Campeonato de la Federación Rusa).

Unos años más tarde se sintió atraído por el juego a través del correo obteniendo, muy pronto, excelentes resultados. Sus conocimientos de la teoría y la profundidad de los análisis que era capaz de conseguir, fueron la base de aquellos triunfos. En el II (1952-55), III (1955-57) y IV (1957-60) campeonatos de la URSS ocupó siempre la 2ª posición de la tabla. Y en el III Campeonato del Mundo (1959-62) también consiguió la medalla de plata al colocarse tras Alberic O’Kelly que resultó triunfador. Justo premio a sus resultados fue el título de GM de la ICCF. (En 1950 también había recibido el de MI de la FIDE).
Duz-Hotimirsky
Estas anotaciones quedarían incompletas si no hiciera referencia en ellas a la colaboración que los ajedrecistas prestaron en la retaguardia para mantener la moral de los combatientes heridos que llenaban los centros sanitarios…. 
 

Así lo explica Kotov: “Los maestros que se quedaron en la capital realizaron una gran labor en los hospitales, fuera de las horas de su servicio fundamental. Visitaron regularmente a los heridos, les dieron conferencias y jugaron con ellos partidas simultáneas. Yo también estuve varias veces en los hospitales de Moscú, hablé de ajedrez a los heridos y les di una sesión de simultáneas”. En 1943, cuando Yuri Averbach, que sólo contaba entonces 23 años, expresó su extrañeza porque el maestro Alatorzev hubiera cedido unas tablas ante un Héroe de la Unión Soviética durante la exhibición de simultáneas que había ofrecido en el Hospital Central de la Aviación, el interpelado contestó: “Mi misión no es derrotarlos a todos y cada uno sino fortalecer su interés por el ajedrez”. Y es que, para acrecentar la moral de los combatientes se había creado un grupo de voluntarios ajedrecistas (la llamada “brigada de Moscú”) que realizó más de 2.400 visitas a los hospitales, cuarteles y bases aéreas, ofreciendo simultáneas, conferencias y lecciones a los heridos procedentes de las zonas más castigadas por los combates.

 
Componían esta brigada moscovita los maestros Alatorzev, Duz-Hotimirsky, Panov, Udovic y Zubarev. La idea parece que fue del primero de los citados: Alatorzev entró en contacto con su amigo Boris Weinstein quien, a su vez, habló sobre el asunto con Zubarev y Udovich. Las buenas relaciones que mantenía B. Weinstein en las altas esferas de la política le permitieron obtener el decisivo apoyo y el soporte económico necesario para su plan: el ajedrez era una forma de cultura de gran utilidad en los hospitales, escuelas militares y otros lugares donde se estuvieran formando unidades del ejército.

Con la misma idea, en los hospitales de Sverdlovsk se ofrecieron en un solo año 61 conferencias y 188 exhibiciones de simultáneas. Aproximadamente 8.000 pacientes se beneficiaron con estas manifestaciones del ajedrez.

Alexander Tolush, dispensado del servicio obligatorio, se ofreció como voluntario. Participando en acciones de guerra hizo un largo recorrido desde Leningrado hasta territorio alemán, resultó herido y consiguió su nombramiento de teniente. 
A. Tolush, en uniforme del ejercito, ofreciendo unas simultaneas en un sótano del Leningrado sitiado.
 
Debemos decir también que las competiciones a todos los niveles apenas se interrumpieron. (Siempre es necesario “cuidar al cuidador”…). En abril de 1942, un torneo organizado en Sverdlovsk (antigua Ekaterimburgo, en el sudeste de Ucrania) se terminó con la victoria del Teniente Ragozin.

Con el hambre y el frío castigando duramente a los agotados habitantes de la ciudad sitiada, un campeonato de Leningrado, organizado por Abram Model, empezó a disputarse en diciembre de 1941. Diferentes rondas de la competición se desarrollaron en los hospitales de la gran urbe; de esta forma, los jugadores tuvieron la gran suerte de poder disfrutar de una comida mejor de lo habitual, en los centros sanitarios. Abram Model (1895-1976), además de asumir la tarea de organizar la vida ajedrecística, se encargó de la evacuación de ¡casi 15.000 niños! y transportarlos fuera de la ciudad asediada. Cuando, en enero de 1942, se hizo necesario evacuar a muchos enfermos y heridos, el mismo Model iba de jefe del tren que se dirigía a Ivanovo, una gran ciudad al noroeste de Moscú. Entre los evacuados que viajaban en ese tren se encontraba el famoso compositor de estudios y finales, Vitaly Chejover (1908-1965) quien, al parecer, sufría una grave enfermedad neuromuscular. Ingresado en un hospital empezó a mejorar tan rápidamente que, en marzo, se sintió con fuerzas para dar una sesión de simultáneas a los Jóvenes Pioneros.

En los meses de noviembre y diciembre de 1941, cuando la ofensiva de los ejércitos alemanes sobre la capital adquirió su máxima intensidad, el tradicional torneo-campeonato de Moscú se celebró, no obstante, como estaba programado. El maestro Alatorzev se ocupó de la organización. Ocho jugadores enfrentados a doble vuelta, tomaron parte en la competición. Las partidas tuvieron que jugarse en diferentes locales y en condiciones precarias, como puede suponerse. Al final, Isaak Mazel (o Maisel), un teniente del Ejército Rojo se alzó con la victoria. De inmediato tuvo que salir para el frente; en 1943, murió en el campo de batalla.



No será necesario mencionar otros nombres… Con los citados debe ser suficiente para comprender y valorar la tarea que llevaron a cabo unos hombres a los que, si antes admiramos por su juego sobre el tablero escaqueado, ahora, al conocer la formidable obra que realizaron fuera de él, no podemos regatearles los elogios que merecen .