Julián Alonso Martín
(Jaque 617)
El equipo victorioso en la Olimpiada de Buenos
Aires (1939) no volvió a su país al término de la competición...
Se quedó en Argentina.
(Visor con las partidas del artículo al final)
Veintisiete equipos, divididos en cuatro grupos, se enfrentaron en las rondas preliminares de la VIII Olimpiada de Ajedrez para seleccionar a los dieciseis conjuntos que disputarían la Copa Hamilton Russell, dejando a los once restantes en el grupo que pelearía por conseguir la Copa República Argentina. El Teatro Politeama de la capital bonaerense era el escenario elegido para dar cobijo a la gran competición del ajedrez internacional. El día 31 de agosto terminaba la fase previa.
Lejos de allí, en otro escenario bien distinto, Alemania estaba produciendo la más grande conmoción en la historia del siglo XX: a las 4h45m de la madrugada del día 1 de septiembre de 1939, tropas de la Wehrmacht invadían Polonia. La Guerra estallaba en Europa y la noticia llegaba, muy pronto, a Buenos Aires.
La nueva situación que provocó el conflicto armado condicionó, por supuesto, el posterior desarrollo de la contienda sobre el tablero de las 64 casillas. El equipo inglés hizo las maletas y regresó a su país dejando al Grupo Principal con sólo quince equipos representativos. Con no pocos obstáculos para el normal desarrollo de la competición (la FADA se vio obligada a repartir los puntos de los enfrentamientos previstos entre los equipos de naciones beligerantes), la victoria se decantó a favor del equipo presentado por Alemania, con medio punto de ventaja solamente sobre el de Polonia, sin que sus jugadores se hubieran enfrentado directamente en el tablero. Es cierto que ambos equipos eran los favoritos para la victoria; pero los polacos jugaron la fase final muy preocupados por los acontecimientos en su país (el 9 de septiembre, los ejércitos alemanes estaban ante Varsovia) y perdieron sus enfrentamientos con Suecia y Holanda. El conjunto alemán, sin embargo, no perdió ningún encuentro y puntuó de forma eficaz en todos sus compromisos. Ludwig Engels, que ocupaba el tercer tablero, se hizo acreedor a una doble medalla: la que recibió como componente del equipo triunfador y la de mejor resultado individual en su tablero (+12, =4, equivalente al 87,5% de la puntuación posible). En el segundo tablero, Paul Michel también resultó imbatido; y aunque no consiguiera la efectividad de su compañero, tiene entre sus méritos la partida que ganó a Foltys, de la que Alekhine dijo: "Esta es, en mi opinión, una de las más finas producciones de la competición del año 1939, debido a la pureza de estilo." (Puede verse en “Gran Ajedrez”. Ed. Ricardo Aguilera; Madrid, 1947).
La formación del equipo representativo de la Alemania de Hitler se había visto influido por la situación política. El Anschluss (marzo de 1938) había dado a las autoridades nazis no solamente el dominio sobre el territorio austríaco sino también –según parece- el de los jugadores de ajedrez del país anexionado. (Austria, que había concurrido a las Olimpiadas anteriores con equipo propio, se quedó sin representación). Eric Eliskases, primer tablero, y Albert Becker, capitán del equipo, nacidos en Innsbruck y Viena, respectivamente, fueron incorporados al conjunto de la Gran Alemania. En la Olimpiada, ambos jugadores tuvieron un excelente desempeño deportivo. Eliskases solamente perdió dos partidas: con Alekhine y con Opocensky. El quinto componente del equipo, Heinrich Reinhardt, fue el menos efectivo; pero aún así, superó el 54% de la puntuación posible.
Al finalizar la competición, muchos de los jugadores –especialmente los de origen judío- se mostraron poco dispuestos a regresar a una Europa en guerra. Najdorf y Frydman de Polonia, Czerniak, Winz, Kleinstein y Rauch del equipo palestino, Stahlberg de Suecia, Pelikan y Skalicka de Checoslovaquia (oficialmente, Protectorado de Bohemia y Moravia), Ilmar Raud de Estonia, Endzelins de Letonia, Luckis y Vaitonis de Lituania, Gromer de Francia y varios más, se quedaron en Argentina.![]() |
Eric Eliskases en Nooordwijk 1938 |
El equipo alemán, al completo, no volvió a su país de origen... Resulta evidente que prefirieron la guerra virtual y sobre el tablero, a la guerra real en un campo de batalla rodeado de trincheras. Si se hubieran encontrado en Alemania, podrían haber sido movilizados: Eliskases contaba 26 años; los tres alemanes de nacimiento estaban entre los 30 y 40; Albert Becker acababa de cumplir los 43. El capitán escribió una carta a los ajedrecistas austriacos explicando la “deserción” del equipo y justificándola por el peligro que
suponía regresar a Europa mientras Inglaterra dominase los mares. Esto era cierto, desde luego. Pero ¿había otros motivos? No parece que estuvieran en contra del pensamiento político que, al menos aparentemente, dominaba en la Gran Alemania...
(Recordemos que el sobreel “Anschluss” fue aprobado con el 99,7% de los votos en Austria y el 99% enAlemania). En diferentes ocasiones se ha preguntado si eran nazis, y...; Luis Scalise, periodista ya jubilado del diario Clarinresponde a mi pregunta diciendo: “Najdorf, que los conoció bien a todos, me dijo que ninguno era nazi...” Y me indica, a continuación: “Ocurre que el equipo alemán, al ganar el torneo, fue fotografiado con la bandera nazi y esa imagen recorrió el mundo.
Otro periodista, que además es GM, el holandés Hans Ree, en la nota que escribiera para la web de Chess Café con motivo del fallecimiento de Eliskases (02.02.1997) puntualiza, sin embargo, que: “Albert Becker, capitán austríaco del equipo de "la Gran Alemania" había mostrado claramente su actitud pro-nazi
en tiempos del Anschluss”. Y añade: “En una reciente entrevista aparecida en Schaaknieuws,A.D. de Groot, autor de “Thought and Choice in Chess”, dijo que Michel era el único miembro del equipo que no era pro-nazi y que resultaba molesto por este motivo para el resto de sus compañeros.” (Adrianus Dingeman de
Groot, añadimos nosotros, jugó como tercer tablero del equipo de Holanda en aquella Olimpiada). Según ha puesto de manifiesto E. Winter en n una de sus Chess Notes, en un editorial de la BCM correspondiente a enero 1946 se decía: ”Nosotros mismos hemos recibido cartas que nos cuentan cómo Eliskases, en uniforme alemán, se pavonea en los clubs de ajedrez de Bélgica y cómo los jugadores belgas, con riesgo de sus vidas, se niegan a jugar con él”. Si non e vero...
En cualquier caso, el problema que se les planteaba a cuantos se quedaron en territorio argentino era cómo subsistir. La vida para un profesional del ajedrez nunca ha sido tarea fácil. En Argentina y en tiempo de guerra, tampoco podía serlo. Aún así, entre los que decidieron no regresar, acaso fuera el grupo de los alemanes quienes gozaran de las condiciones menos desfavorables. Porque... Argentina, que se mantuvo neutral durante gran parte del conflicto bélico, mostró casi siempre simpatía por la Alemania nazi, permitió actuar al espionaje del Eje en el país y, hacia el final de la contienda, aceptó la presencia de refugiados y hasta de criminales de guerra nazis.
Reinhardt tuvo que abandonar temporalmente el ajedrez para tratar de encontrar un empleo con el que atender a sus necesidades. Primero fue promotor de ventas y luego consiguió un puesto como contable en diferentes sociedades alemanas establecidas en Argentina. Finalmente se colocó como Jefe de Contabilidad de Schering Farmacéutica. De Michel sólo sabemos que encontró empleo en la Sanidad. El Dr. Becker había sido Profesor de Filología en la Universidad de Viena y parece que consiguió trabajo gracias a sus conocimientos de Lingüística. Por lo que respecta a Eliskases, obligado como los demás a sobrevivir en un ambiente desconocido, decidió sacar provecho a lo que mejor sabía hacer y dedicó su tiempo a enseñar ajedrez, dar conferencias y exhibiciones de simultáneas, así como a jugar (... y ganar) los torneos para los que conseguía una invitación. De todas formas, nunca anduvo sobrado de dinero. Leonardo Lipiniks, argentino de origen letón, cuenta una anécdota que resulta ilustrativa al respecto: Después de un Torneo Abierto que tuvo lugar en el Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, el Club invitó con un almuerzo a los participantes, entre los que se encontraba Eliskases. Lipiniks se sentó a su izquierda buscando la oportunidad de hablar un poco en alemán. “Como había oído que el GM vivía en Córdoba dedicado no al ajedrez sino al análisis matemático, le pregunté si ello era cierto”, así como los motivos de tal proceder. La respuesta resultó bastante clara: “Durante toda una vida tuve que jugar al ajedrez para poder comer; pero ahora, habiendo recibido una considerable herencia, ya puedo comer sin jugar, por lo que hago lo que a mí me gusta.”
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Ludwig Engels |
En julio de 1941, Eliskases y Engels acudieron a Brasil para disputar el torneo de Sao Paulo. El primero compartió el triunfo con el argentino Carlos Guimard; el segundo terminó empatado con el polaco Paulino Frydman en los puestos 3º y 4º de la clasificación. Desde entonces, Ludwig Engels se afincó en Brasil (concretamente en Sao Paulo), nunca regresó a su país y consiguió sobrevivir gracias a su trabajo como preparador y entrenador del Clube de Xadrez Sao Paulo. A pesar de todo, nunca se nacionalizó como brasileño. Cosa que sí hizo Eliskases, quien, después de ganar aquel torneo del año 1941, se estableció en Brasil y consiguió algún dinero enseñando ¡bridge! Amenazado de internamiento y temiendo la expulsión del país, se procuró la nacionalidad brasileña, según he leído. En 1947 consiguió, por fin, un trabajo estable en unos grandes almacenes de una firma alemana radicada en Portalegre, a lo que añadió luego el cargo de entrenador del equipo de ajedrez de la misma firma.
En 1951, Eliskases participó en el Primer Torneo Zonal Sudamericano que se disputó entre Mar del Plata y Buenos Aires. Empatado a puntos con Julio Bolbochán, primer clasificado, adquirió el derecho a participar, al año siguiente, en el Interzonal de Saltjosbaden y recibió un premio equivalente a 4.000 francos suizos. Luego fue invitado por ajedrecistas de Córdoba para que se estableciera allí como entrenador. Aunque cuando acudió al Zonal, intervino como “libre” (quiero decir, no adscrito a país alguno), en 1952 ya era ciudadano argentino y dos años más tarde se había casado. En 1976, volvió al Tirol con su mujer y su hijo, pensando establecerse en ese lugar próximo al de su nacimiento; pero poco después tuvo que regresar a Córdoba pues muchas cosas de antaño habían desaparecido y su esposa aguantaba mal los rigores de un clima de montaña.
También se había casado, en 1947, Enrique Reinhardt. Era el segundo matrimonio que celebraba pues su primera esposa había muerto en Alemania el año 1942, durante un bombardeo. Al igual que Eliskases, tomó parte en el mencionado Zonal Sudamericano de 1951; pero a diferencia de él, lo hizo como argentino de nacionalidad, no se clasificó para el Interzonal y además, sacó poco dinero. Fue, sin duda, el componente del quinteto que menos brilló en el terreno deportivo. Sin embargo, su afición era tan enorme que cuando falleció en Buenos Aires (con 87 años, de un ataque al corazón) estaba inscrito en un certamen abierto.
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Enrique Reinhardt |
Sanguinetti,
R. - Reinhardt, E.
Campeonato
argentino. Mar del Plata, 1956
1.d4
¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 d5 4.cxd5 ¤xd5 5.g3 ¥g7 6.¥g2 ¤xc3 7.bxc3 c5
8.e3 ¤c6 9.¤e2 £a5 10.0–0 0–0 11.£b3 ¦d8 12.h3
Quitando
la casilla g4 al Alfil de las negras.
12...£a6!
Una
buena jugada que amenaza el Caballo de e2 y defiende el peón de b7
para dar libertad de movimiento al Alfil de c8.
13.¦e1
¥e6 14.£a3 ¤a5! 15.¤f4
Defensa
indirecta del peón de c5, pues a 15.£xc5 se puede seguir con
15...¤b3.
15...¥c4
16.£xc5?
16...e5!!
Ahora
no es posible 16...¤b3 por motivos obvios: 17.axb3 £xa1 18.£xc4.
Sin embargo las negras responden a su adversario con una jugada
sorprendente. Entregan un peón para atacar el Caballo y ganar el
tiempo necesario para cazar a la Dama enemiga.
El
conductor de las blancas decidió abandonar aquí, pues 17.dxe5 ¥f8
18.£c7 ¦ac8
y la Dama no
tendría escapatoria.
El nombre del Dr. Becker aparece muy pocas veces en las listas de participantes de los torneos argentinos de la época; y cuando he conseguido encontrarlo se trata de competiciones de modesta categoría. En el Círculo de Vélez Sarsfield ganó, en 1940 y en 1942, el Torneo Social de 1ª categoría. En ese mismo año de 1942, en el 4º Aniversario del Club La Regencia, le entregaron un pergamino por haber cumplido 20 años como maestro de ajedrez y defendió el primer tablero de este club en un encuentro a doble vuelta contra el Círculo italiano de Santa Fe, ganando ambas partidas. Resulta ganador, en septiembre de 1942, de un torneo en el Club Alemán de Belgrano, una competición donde también participaron Michel y Reinhardt... y poco más. Después de la Olimpiada, había abandonado prácticamente el juego de competición. (Resulta difícil encontrar publicadas partidas suyas disputadas en Argentina). En 1953, la FIDE reconoció sus merecimientos y le otorgó el título de MI.
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Albert Becker |
Terminada la Olimpiada, es cierto que la FADA realizó cuanto estaba a su alcance para propiciar la celebración de grandes torneos con los que preparar a la ya pujante generación de figuras argentinas, aprovechando la presencia masiva en su tierra de maestros extranjeros. Y así fue cómo la actividad ajedrecista de Buenos Aires, luego trasladada también a otros lugares, se animó enormemente en los turbulentos tiempos de la Guerra. Pero fue sin duda Mar del Plata la que mejores y más frecuentes ofrecimientos hiciera a los jugadores. Al igual que otras ciudades-balneario de Europa y América, la Perla del Atlántico había buscado con anterioridad la publicidad que da la celebración de un torneo de ajedrez para promocionar la oferta turística de la ciudad y su entorno. En tres ocasiones anteriores (1928, 1934 y 1936) los organizadores habían ofrecido una interesante competición a los jugadores nacionales. A comienzo de los años 40, la Asociación de Propaganda y Fomento de Mar del Plata se propuso realizar esta convocatoria con frecuencia anual. El 15 de marzo de 1941, en los salones del Casino y con la fiscalización de la FADA, dieciocho destacados jugadores de nueve nacionalidades se sentaron para disputar el Magistral. Solamente cuatro eran argentinos; catorce habían disputado la Olimpiada de 1939.
Entre sus “olímpicos” compañeros, sin duda fue Paul (Pablo, cuando se nacionalizó argentino) Michel el más asiduo asistente a las competiciones organizadas en la ciudad balnearia. Si no he contado mal -que no lo creo- estuvo presente en diez ediciones seguidas: las que se celebraron entre 1941 y 1950. Sus mejores colocaciones las alcanzó en 1943 (fue 3º y Najdorf ganó) y 1944 (3º/4º detrás de Pilnik y Najdorf).
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Paul Michel, en Munich 1936 |
En el torneo correspondiente al año 1943, consiguió vencer en la
brevísima partida que ofrezco a continuación:
Michel,
P. – Iliesco, J.
Mar
del Plata, 14.10.1943
1.e4
c5 2.¤f3 d6 3.d4 b6? 4.dxc5 bxc5?? 5.£d5
1–0
Las negras
pierden una pieza.
Los comentarios se basan en gran medida en las anotaciones de Tartakower y Du Mont en “100 Partidas Magistrales de Ajedrez Moderno”.
Michel,
P. - Rossetto, H.
Mar
del Plata (1), 1947
1.e4
e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 ¤d4
La
defensa Bird de la Apertura Española
4.¤xd4
exd4 5.0–0 h5?!
Demasiado
aventurero y poco justificado.
6.d3
¥c5 7.¤d2 c6 8.¥c4 d5 9.¥b3
Quizás
9.exd5 cxd5 10.¦e1+, hubiera sido más preciso.
9...¢f8
Esta
es, al menos, una jugada que parece consecuente. Como no puede
enrocar mueve su Rey sacándolo de la columna donde podría ser
amenazado (ver comentario anterior) con el fin de preservarlo para
dar valor al ataque que comenzaría con ...h4.
10.c4!
Con
este ataque de flanco, las blancas revitalizan su juego, en vista de
que después de 10.¤f3 ¥g4; o de 10.f4 ¤h6; las negras pueden
tener esperanzas de una existencia tranquila.
10...dxc3
11.bxc3 ¥g4
Desperdicia
mucho tiempo. Debió actuar en consonancia con lo que había
preparado: 11...h4 12.d4 ¥e7 13.h3 ¤f6 14.£f3 ¥e6.
12.£c2
¥e2 13.¦e1 dxe4 14.¤xe4
Desde
luego no 14.¦xe2 porque con 14...exd3 , las negras ganan.
14...¥xd3
Las
negras han ganado un peón, pero...
15.£xd3!!
...
aquí llega la compensación en forma de un brillante contraataque de
las blancas. No es necesario decir que si el instinto nos indica que
debe ser así, en cambio no es fácil calcular sus consecuencias
sobre el tablero. En estos casos, el jugador que sacrifica suele
hacer una valoración de la posición (de ahí su nombre de
"sacrificio posicional") y, en este caso, Michel ha
estimado favorable para él... ¡y acierta!, como en seguida se verá.
15...£xd3
16.¤xc5
En
esta posición se encuentra la clave del sacrificio de las blancas.
La Dama negra está atacada, pero debe mantener el control sobre la
casilla d7 donde el Caballo blanco amenaza un mate fulminante.
16...£f5
17.¥a3!
Renovando
la amenaza.
17...¤h6
18.¦e5!
La
Torre es tabú...
18...£g6
Si
ahora 18...£h7 , entonces 19.¦ae1 amenazando mate en tres jugadas.
19.¦g5!
Basada
en la misma idea que sustentaba la entrega anterior, la Torre
consigue arrinconar a la Dama adversaria apartándola de la defensa
de su Rey.
19...£h7
20.¤e4+ ¢e8
Está
claro que 20...¢g8 21.¤f6++.
21.¦e5+
¢d8 22.¦e7
Más
contundente era 22.¦d1+.
22...¤f5
23.¦d1+ ¢c8 24.¦xf7
Las
negras abandonan.
La principal amenaza consiste en 25.¥e6+ ¢b8
26.¦dd7 ¢c8 27.¦c7+ ¢d8 28.¦fd7+ ¢e8 29.¥f7 mate. Intentar
detenerla con 24...¦e8 se responde con 25.¤f6; y en caso de
24...£g6 sigue 25.¦xf5.
En 1950, Michel vino de nuevo a Europa y participó en algunas competiciones; pero en 1952 ya estaba otra vez ante las mesas de juego del Torneo anual de Mar del Plata. Esta asiduidad explica, sin duda, que decidiera establecerse allí (¿desde 1963?) dedicándose a la enseñanza. El título de MI le fue concedido en 1956.
Antes de llegar a Brasil para disputar el torneo de Sao Paulo (julio de 1941) al que nos hemos referido anteriormente, Ludwig Engels había participado en Mar del Plata (marzo) y Montevideo (mayo). Pero desde que se estableció en Sao Paulo, sus intervenciones en la competición se distanciaron en el tiempo y no encontramos ninguna que realizara fuera del país. La seguridad de su juego le permitió conseguir siempre buenas clasificaciones: en Sao Paulo 1947, se colocó 3º, tras Eliskases y Najdorf; en Recife (julio del mismo año), sólo se le adelantó Eliskases. En 1960, empató 6º/8º en el Zonal de Sao Paulo. A pesar de las peticiones de la Federación Brasileña, la FIDE no le concedió la titulación de MI.
Pasados unos años es fácil comprobar que, exceptuando a Eliskases, los nombres de sus victoriosos compañeros en la VIII Olimpiada, han quedado casi sepultados por el polvo del olvido. Ofreciendo el resultado de mis pesquisas, he tratado de desempolvarlos un poco para, como ajedrecistas, rendírles el homenaje que merece la indudable calidad de su juego; y como seres humanos, semejantes a nosotros, empujar hacia ellos una corriente de comprensión de sus posibles errores y de solidaridad en la amargura y en los sufrimientos, por los que sin duda pasaron, al ver desde la distancia cómo la muerte y la destrucción iban acabando con su país.
[Event "Mar del Plata"]
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[Date "1943.??.??"]
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1. e4 c5 2. Nf3 d6 3. d4 b6 $2 4. dxc5 bxc5 $4 5. Qd5 {[#]} 1-0
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1. e4 e5 2. Nf3 Nc6 3. Bb5 Nd4 4. Nxd4 exd4 5. O-O h5 $6 6. d3 Bc5 7. Nd2 c6 8.
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