Julián Alonso Martin
(JAQUE 29)
Si existe la suerte en la partida de ajedrez es un asunto que, planteada su discusión, puede producir variadas y dispares opiniones. Nos dirán que sí, que tienen suerte...¡sus adversarios!, los que pierden al cometer un error cuando tenían la partida ganada (ganada según ellos). Los que piensan que nada sucede sin causa, nos dirán que cada cual recibe lo que merece.
Entre los casos que voy a exponer,
me parece que los dos primeros obtendrían el mayor número de
adhesiones para sostener la tesis de la intervención de la diosa
Fortuna. Por una sencilla razón: los “favorecidos” no tuvieron
participación directa en el suceso y fueron “otros” los que le
regalaron el afortunado resultado.
Hacia el final del siglo XIX,
la Federación Alemana de Ajedrez patrocinaba numerosos torneos para
profesionales, pero también preparaba otros eventos con objeto de
promocionar a jóvenes valores. Aquel año (1889), Breslau fue la
ciudad elegida para celebrar las competiciones. En el torneo que se
organizaba para maestros ya reconocidos se inscribió un Tarrasch
(n. 1862) en ascenso; y en el de aspirantes, el joven Emanuel Lasker
(n.1868) por entonces un desconocido.
![]() |
E. Lasker |
Cuando finalizó su actuación, el
futuro campeón del mundo había obtenido 4 puntos –de 5 posibles-
y lideraba la clasificación... a falta del resultado de la partida
entre von Feyerfeil y Lipke. El conductor de las blancas había
conseguido ya los 4 puntos con que contaba Lasker; por lo que
cualquier “sumando” obtenido eneste encuentro le daría el
triunfo en el torneo. Aplazada la partida tras la 40ª jugada de las
negras, el tablero mostraba la siguiente posición:
No
es difícil opinar sobre la situación que muestra el tablero: las
blancas no pueden perder la partida. Porque tienen alguna
superioridad que podría llevarles a la victoria y, en cualquier
caso, seguro que pueden alcanzar las tablas.
Sin embargo, cuando se reanudó
la partida los contendientes ¡olvidaron colocar el peón blanco
de h2! E hicieron todos los restantes movimientos como si ya
hubiera desaparecido del tablero. La desastrosa continuación de las
blancas con el añadido del peón de TR negro, ahora “pasado”,
decidieron la contienda a favor de su adversario. Y como la falta no
fue advertida hasta mucho tiempo después de haber aceptado el
resultado, von Feyerfeil hubo de conformarse con compartir el primer
puesto y jugar un desempate. Lasker ganó entonces con facilidad y
obtuvo el título de maestro. Lo que fue de gran importancia para la
historia futura del ajedrez, porque según reveló años más tarde
su hermano Bertold, Emanuel habría abandonado el juego para seguir
sus estudios en la universidad.... ¡si no hubiera obtenido el
ansiado título de maestro en el Hauptturnier!.
En la actualidad Eamon Keogh es
un hombre cercano a los 60, poco conocido y que apenas interviene ya
en competiciones ajedrecísticas. Pero antes de cumplir los 20
representó a su país, Irlanda, como primer tablero en la XVI
Olimpiada que se desarrolló en Tel Aviv durante el mes de noviembre
de 1964. Los 50 equipos que acudieron a la cita olímpica fueron
divididos en 7 grupos preliminares para seleccionar a los 14 países
que disputarían la Final. En la 5ª ronda de la fase Previa, Irlanda
se enfrentaba a Suecia que alineaba en su primer tablero nada menos
que a Gedeón Stahlberg. La partida entre el GM y el dublinés hubo
de ser aplazada en una situación donde todo el mundo estaba de
acuerdo en que Keogh tenía posición ganadora. Sin embargo, Suecia
necesitaba aquí un triunfo para pasar a la siguiente fase. Muy
nervioso, el jugador irlandés llamó por teléfono, hacia las 2 de
la madrugada, al GM para ofrecerle las tablas; Stahlberg no contestó
la llamada. Así que “nuestro hombre” se presentó a la mañana
siguiente en la sala de juego, se reanudó la partida... y el sueco
abandonó nueve jugadas más tarde. ¡Era la primera vez que un
jugador irlandés derrotaba a un GM! Lo que interesa para nuestro
propósito es, sin embargo, que tal triunfo abrió el paso hacia la
Final al equipo del país anfitrión, Israel.
¿Qué pensáis? ¿Se puede decir
que Lasker y el equipo de Israel fueron “tocados” por la Fortuna?
Nadie gana abandonando
“La capitulación no es una deshonra. Un general
no puede pensar en luchar hasta el último hombre como tampoco un
jugador de ajedrez continuaría una partida obviamente perdida”
(Karl von Clausewitz, 1780-1831. Director de la Escuela de Guerra
alemana de 1818 a 1830).
Aún teniendo en cuenta tan juiciosas palabras,
el problema que se plantea es: ¿cuándo ha llegado el momento de la
rendición?. La importancia de tomar una decisión de tal categoría
se comprenderá mejor después de ver lo sucedido en las siguientes
posiciones:
Gligoric
estaba pensando en rendirse; mas, de pronto, vio que su rival movía:
38.h5??
Tan
horrorosa jugada le permitía:
38....£b4
y
entonces, fue Portisch el que abandonó.
![]() | ||
S. Gligoric |
Otro
suceso de parecidas características se produjo en la siguiente
partida:
P. Leko – J. Piket
Tilburg,
1997
Después
de la partida, Leko admitió que estaba considerando la posibilidad
de rendirse ya; pero decidió esperar una jugada más y comprobar qué
camino elegiría Piket para rematarle. Y entonces...
29...£f3??
Un
terrible error. Lo correcto era 29...¦xf4 y después de 30.¢g1 ,
30...£h3 conduce irremisiblemente al mate.
30.£xd7+!!
Ahora,
sin embargo, las negras tienen que abandonar. A 30...¢xd7
sigue
31.¥b5+
y
la torre de c3 se encarga de recuperar la Dama sacrificada. Por eso
el jugador holandés se rindió comentando en voz alta "¡Qué
estúpido!"
.
Dejaremos ahora que
sea el propio “perjudicado” (el GM, Alexander Kotov + 1981) quien
nos cuente su caso:
“En
mi lejana adolescencia, en Tula, llegué a la siguiente posición en
una partida de torneo. (No estoy seguro de la situación exacta,
pero lo esencial quedó gravado en mi mente y nunca lo olvidé)
Yo
conducía las piezas negras y, como se ve, tenía una posición
completamente ganada. Estaba molesto porque mi rival, un tal Golubev,
no abandonaba a pesar de su gran desventaja. Me tocaba mover y
comprendí que la alegría de la victoria no tardaría en llegar. Mi
oponente había escrito “Abandono” en la planilla, la había
doblado por la mitad y guardado en el bolsillo. Con aire de
desesperación miraba alrededor y parecía expresar con su conducta
que tan pronto yo hiciera mi jugada él se rendiría.
Así
que yo realicé la jugada más sencilla que había, tomando su Alfil
con mi Torre.
1...Txf7
??
Inmediatamente
el otro Alfil silbó por el aire y se paró de repente en d8.
2.
Ad8+!
Con
un golpe seco, de nuevo puso a andar mi reloj y miró triunfante en
derredor a la gente que estaba contemplando la partida. Luego sacó
la plantilla, escribió mi jugada y la suya, y tachó la palabra
Abandono.
¡Yo
era el único que tenía que abandonar!
![]() | |||
A. Kotov |
El GM
americano Larry Evans ha apuntado una posible solución práctica
para semejantes situaciones: “Si su rival puede realizar una jugada
incorrecta, dele usted la oportunidad de encontrarla”. Las
actitudes de Leko y Golubev, que hemos visto, parecen responder a esa
idea.
Jaque de agonía
Observamos cómo en algunas partidas el bando que camina hacia la
derrota da un jaque “a ver qué pasa”. Se realiza esa jugada
desde el convencimiento de la propia derrota, pero con la secreta
esperanza de que haya alguna buena noticia después... Porque ¿y si
el Rey o alguna de sus piezas hicieran un movimiento inconveniente?
Una idea así, acaso, estuvo presente en la vigésimo séptima
partida del match, con el título mundial en juego, que sostuvieron
Capablanca y Alekhine en Buenos Aires, 1927. La partida fue dominada
desde el comienzo por el cubano que jugó de forma magistral...pero
no estuvo tan inspirado en el tramo final de la lucha. En el diagrama
recogemos la situación después de que las negras hubieran hecho su
35 º movimiento.
R.
Capablanca - A. Alekhine
Match.
Buenos Aires, 1927
Además
de llevar un peón de ventaja, las blancas tienen superior posición
y se disponen ya a rematar...
36.¦gxg6!
Esta
jugada es ganadora. Alekhine se propone dar algunos jaques, por
supuesto, de agonía. El futuro campeón no hubiera podido, sin
embargo, impedir la derrota.
36...£xc5+
37.¢f1 £c1+ 38.¢f2??
Pero
ahora Capablanca se equivoca y deja escapar la victoria que tan
brillantemente había preparado. Lo correcto era 38.¢e2 £xb2+
39.¢f3 £c3+ 40.¢g4 y a Alekhine le quedaría poco que hacer.
Tampoco resulta, en esta línea, 39...£b3+ porque sigue 40.¢f2!
(por
supuesto no es posible 40.¢g4??
debido
a 40...£xe6+!
ganando.)
y después de
40...£b2+
41.¢g1 y el Rey blanco se cobija en h2.
38...£d2+
Tras
este nuevo jaque, la partida es Tablas
ya que si 39.¢g1 £d1+
y
las blancas cometerían un grave error si movieran 40.¢h2??
pues
40...£h5+
ganaría.
De tal forma el
genial cubano perdió un buen manojo de oportunidades. Si Capablanca
hubiera ganado esta partida y también la 29ª -como realmente
sucedió- el match se habría igualado (4 a 4) y nadie sabe a donde
hubiera podido desembocar. Por este motivo algunos comentaristas han
señalado cómo el jaque de agonía, con su llamada a la diosa
Fortuna, le “regaló” el título a Alekhine. No obstante,
recordemos con Capablanca que, “en ajedrez, el buen jugador siempre
tiene suerte”...
“Audaces
fortuna iuvat”
El adagio latino
tiene abundantes partidarios cuando se trata de adjudicar a alguna causa el
feliz resultado de una partida de ajedrez. Si en la historia del
juego hay alguien que haya podido recibir con más propiedad el
calificativo de audaz, ese ha sido M. Tahl. Veamos un par de
casos donde el GM de Riga se vio favorecido –algunos así pueden
pensar- por un “toque” de la Fortuna.
En
el XLI Campeonato de la URSS, el jugador de Riga no tuvo un feliz
desempeño. Defendía su título conseguido en Bakú el año
anterior; pero, ahora en Moscú, quedó por debajo de la mitad de la
tabla pues empató en los puestos 8/12; y eso, gracias a su triunfo
en la última ronda de la forma que vamos a ver...
Tahl - Averkin
XLI
Camp. URSS. Moscú, 26.10.1973
El
excampeón del mundo, con cara de aburrimiento, pensaba que no
tendría más remedio que aceptar las tablas; pero su oponente, en
este momento, alargaba la mano para mover ...
69...¦c4??
Tahl
no se hizo esperar. Tomó su Caballo y...
70.¤d5!
El
conductor de las negras se vio obligado a abandonar, pues la amenaza
de mate (70...¦xa4 71.¤e7#)
producía
una decisiva ganancia de material.
“El
cómico final de esta partida –escribiría luego M. Tahl- me dio la
posibilidad de jugar al año siguiente en la categoría superior”.
Y –añadimos nosotros- ganar en Leningrado su 5º título de
campeón de la URSS, compartido con Beljavsky, quien había
finalizado el último (¡!) en el anterior campeonato.
(1) En el
mes de mayo de 1974 y en la ciudad alemana de Dortmund, se disputó
un torneo internacional con la participación de 12 jugadores. La
campeona del mundo, Nona Gaprindhasvili, consiguió crear allí la
siguiente miniatura:
(2) Meses
más tarde (en septiembre) el excampeón mundial fue invitado a
participar en un torneo organizado en la Alemania del Este. Tahl
quedó primero en Halle con 8 victorias y 5 empates. Y en la ronda
13ª su triunfo llegó después de la siguiente partida.
[Event "Dortmund"]
[Site "Dortmund"]
[Date "1974.??.??"]
[Round "3"]
[White "Gaprindashvili, Nona"]
[Black "Servaty, Rudolf"]
[Result "1-0"]
[ECO "B39"]
[Annotator "JP29_07"]
[PlyCount "33"]
[EventDate "1974.05.??"]
[EventType "tourn"]
[EventRounds "11"]
[EventCountry "GER"]
[Source "ChessBase"]
[SourceDate "2000.11.22"]
1. e4 c5 2. Nf3 Nc6 3. d4 cxd4 4. Nxd4 g6 5. c4 Bg7 6. Be3 Nf6 7. Nc3 Ng4 8.
Qxg4 Nxd4 9. Qd1 e5 10. Nb5 O-O {Diagrama [#]} 11. Be2 Qh4 12. Nxd4 exd4 13.
Bxd4 Qxe4 14. Bxg7 Qxg2 15. Qd4 Qxh1+ 16. Kd2 Qxa1 {Diagrama [#]} 17. Qf6 1-0
[Event "Halle DSV"]
[Site "Halle"]
[Date "1974.??.??"]
[Round "?"]
[White "Tal, Mihail"]
[Black "Paehtz, Thomas Sr"]
[Result "1-0"]
[ECO "B39"]
[WhiteElo "2635"]
[BlackElo "2480"]
[Annotator "JP29_08"]
[PlyCount "43"]
[EventDate "1974.09.13"]
[EventType "tourn"]
[EventRounds "15"]
[EventCountry "DDR"]
[EventCategory "10"]
[Source "ChessBase"]
[SourceDate "1999.07.01"]
1. e4 c5 2. Nf3 Nc6 3. d4 cxd4 4. Nxd4 g6 5. c4 Bg7 6. Be3 Nf6 7. Nc3 Ng4 8.
Qxg4 Nxd4 9. Qd1 e5 10. Nb5 O-O {Diagrama [#]} 11. Qd2 Qe7 12. Be2 b6 13. Nxd4
exd4 14. Bxd4 Qxe4 15. Bxg7 Qxg2 16. Qd4 Qxh1+ 17. Kd2 {Diagrama [#]} Qxh2 18.
Bxf8 Kxf8 19. Bf3 d5 20. Bxd5 Rb8 21. Re1 Be6 22. Rxe6 1-0