2 de enero de 2005

¿Afortunados?...

Julián Alonso Martin

(JAQUE 29)

Si existe la suerte en la partida de ajedrez es un asunto que, planteada su discusión, puede producir variadas y dispares opiniones. Nos dirán que sí, que tienen suerte...¡sus adversarios!, los que pierden al cometer un error cuando tenían la partida ganada (ganada según ellos). Los que piensan que nada sucede sin causa, nos dirán que cada cual recibe lo que merece.

 

Entre los casos que voy a exponer, me parece que los dos primeros obtendrían el mayor número de adhesiones para sostener la tesis de la intervención de la diosa Fortuna. Por una sencilla razón: los “favorecidos” no tuvieron participación directa en el suceso y fueron “otros” los que le regalaron el afortunado resultado.

Hacia el final del siglo XIX, la Federación Alemana de Ajedrez patrocinaba numerosos torneos para profesionales, pero también preparaba otros eventos con objeto de promocionar a jóvenes valores. Aquel año (1889), Breslau fue la ciudad elegida para celebrar las competiciones. En el torneo que se organizaba para maestros ya reconocidos se inscribió un Tarrasch (n. 1862) en ascenso; y en el de aspirantes, el joven Emanuel Lasker (n.1868) por entonces un desconocido.
E. Lasker
 
Cuando finalizó su actuación, el futuro campeón del mundo había obtenido 4 puntos –de 5 posibles- y lideraba la clasificación... a falta del resultado de la partida entre von Feyerfeil y Lipke. El conductor de las blancas había conseguido ya los 4 puntos con que contaba Lasker; por lo que cualquier “sumando” obtenido eneste encuentro le daría el triunfo en el torneo. Aplazada la partida tras la 40ª jugada de las negras, el tablero mostraba la siguiente posición:


 
No es difícil opinar sobre la situación que muestra el tablero: las blancas no pueden perder la partida. Porque tienen alguna superioridad que podría llevarles a la victoria y, en cualquier caso, seguro que pueden alcanzar las tablas.

Sin embargo, cuando se reanudó la partida los contendientes ¡olvidaron colocar el peón blanco de h2! E hicieron todos los restantes movimientos como si ya hubiera desaparecido del tablero. La desastrosa continuación de las blancas con el añadido del peón de TR negro, ahora “pasado”, decidieron la contienda a favor de su adversario. Y como la falta no fue advertida hasta mucho tiempo después de haber aceptado el resultado, von Feyerfeil hubo de conformarse con compartir el primer puesto y jugar un desempate. Lasker ganó entonces con facilidad y obtuvo el título de maestro. Lo que fue de gran importancia para la historia futura del ajedrez, porque según reveló años más tarde su hermano Bertold, Emanuel habría abandonado el juego para seguir sus estudios en la universidad.... ¡si no hubiera obtenido el ansiado título de maestro en el Hauptturnier!.

En la actualidad Eamon Keogh es un hombre cercano a los 60, poco conocido y que apenas interviene ya en competiciones ajedrecísticas. Pero antes de cumplir los 20 representó a su país, Irlanda, como primer tablero en la XVI Olimpiada que se desarrolló en Tel Aviv durante el mes de noviembre de 1964. Los 50 equipos que acudieron a la cita olímpica fueron divididos en 7 grupos preliminares para seleccionar a los 14 países que disputarían la Final. En la 5ª ronda de la fase Previa, Irlanda se enfrentaba a Suecia que alineaba en su primer tablero nada menos que a Gedeón Stahlberg. La partida entre el GM y el dublinés hubo de ser aplazada en una situación donde todo el mundo estaba de acuerdo en que Keogh tenía posición ganadora. Sin embargo, Suecia necesitaba aquí un triunfo para pasar a la siguiente fase. Muy nervioso, el jugador irlandés llamó por teléfono, hacia las 2 de la madrugada, al GM para ofrecerle las tablas; Stahlberg no contestó la llamada. Así que “nuestro hombre” se presentó a la mañana siguiente en la sala de juego, se reanudó la partida... y el sueco abandonó nueve jugadas más tarde. ¡Era la primera vez que un jugador irlandés derrotaba a un GM! Lo que interesa para nuestro propósito es, sin embargo, que tal triunfo abrió el paso hacia la Final al equipo del país anfitrión, Israel.

¿Qué pensáis? ¿Se puede decir que Lasker y el equipo de Israel fueron “tocados” por la Fortuna?

Nadie gana abandonando

“La capitulación no es una deshonra. Un general no puede pensar en luchar hasta el último hombre como tampoco un jugador de ajedrez continuaría una partida obviamente perdida” (Karl von Clausewitz, 1780-1831. Director de la Escuela de Guerra alemana de 1818 a 1830).

Aún teniendo en cuenta tan juiciosas palabras, el problema que se plantea es: ¿cuándo ha llegado el momento de la rendición?. La importancia de tomar una decisión de tal categoría se comprenderá mejor después de ver lo sucedido en las siguientes posiciones:


 
Gligoric estaba pensando en rendirse; mas, de pronto, vio que su rival movía: 38.h5??
Tan horrorosa jugada le permitía:
38....£b4
y entonces, fue Portisch el que abandonó.
S. Gligoric

 
Otro suceso de parecidas características se produjo en la siguiente partida:

P. Leko – J. Piket
Tilburg, 1997


Después de la partida, Leko admitió que estaba considerando la posibilidad de rendirse ya; pero decidió esperar una jugada más y comprobar qué camino elegiría Piket para rematarle. Y entonces...
 
29...£f3??

Un terrible error. Lo correcto era 29...¦xf4 y después de 30.¢g1 , 30...£h3 conduce irremisiblemente al mate.

30.£xd7+!!

Ahora, sin embargo, las negras tienen que abandonar. A 30...¢xd7 sigue 31.¥b5+ y la torre de c3 se encarga de recuperar la Dama sacrificada. Por eso el jugador holandés se rindió comentando en voz alta "¡Qué estúpido!" .

Dejaremos ahora que sea el propio “perjudicado” (el GM, Alexander Kotov + 1981) quien nos cuente su caso:
En mi lejana adolescencia, en Tula, llegué a la siguiente posición en una partida de torneo. (No estoy seguro de la situación exacta, pero lo esencial quedó gravado en mi mente y nunca lo olvidé) 


Yo conducía las piezas negras y, como se ve, tenía una posición completamente ganada. Estaba molesto porque mi rival, un tal Golubev, no abandonaba a pesar de su gran desventaja. Me tocaba mover y comprendí que la alegría de la victoria no tardaría en llegar. Mi oponente había escrito “Abandono” en la planilla, la había doblado por la mitad y guardado en el bolsillo. Con aire de desesperación miraba alrededor y parecía expresar con su conducta que tan pronto yo hiciera mi jugada él se rendiría.
Así que yo realicé la jugada más sencilla que había, tomando su Alfil con mi Torre.
1...Txf7 ?? 
Inmediatamente el otro Alfil silbó por el aire y se paró de repente en d8. 
2. Ad8+!
Con un golpe seco, de nuevo puso a andar mi reloj y miró triunfante en derredor a la gente que estaba contemplando la partida. Luego sacó la plantilla, escribió mi jugada y la suya, y tachó la palabra Abandono.
¡Yo era el único que tenía que abandonar!
A. Kotov


 
El GM americano Larry Evans ha apuntado una posible solución práctica para semejantes situaciones: “Si su rival puede realizar una jugada incorrecta, dele usted la oportunidad de encontrarla”. Las actitudes de Leko y Golubev, que hemos visto, parecen responder a esa idea.

Jaque de agonía

Observamos cómo en algunas partidas el bando que camina hacia la derrota da un jaque “a ver qué pasa”. Se realiza esa jugada desde el convencimiento de la propia derrota, pero con la secreta esperanza de que haya alguna buena noticia después... Porque ¿y si el Rey o alguna de sus piezas hicieran un movimiento inconveniente? Una idea así, acaso, estuvo presente en la vigésimo séptima partida del match, con el título mundial en juego, que sostuvieron Capablanca y Alekhine en Buenos Aires, 1927. La partida fue dominada desde el comienzo por el cubano que jugó de forma magistral...pero no estuvo tan inspirado en el tramo final de la lucha. En el diagrama recogemos la situación después de que las negras hubieran hecho su 35 º movimiento.

R. Capablanca - A. Alekhine

Match. Buenos Aires, 1927


 
Además de llevar un peón de ventaja, las blancas tienen superior posición y se disponen ya a rematar...



36.¦gxg6!

Esta jugada es ganadora. Alekhine se propone dar algunos jaques, por supuesto, de agonía. El futuro campeón no hubiera podido, sin embargo, impedir la derrota.

36...£xc5+ 37.¢f1 £c1+ 38.¢f2??



Pero ahora Capablanca se equivoca y deja escapar la victoria que tan brillantemente había preparado. Lo correcto era 38.¢e2 £xb2+ 39.¢f3 £c3+ 40.¢g4 y a Alekhine le quedaría poco que hacer. Tampoco resulta, en esta línea, 39...£b3+ porque sigue 40.¢f2! (por supuesto no es posible 40.¢g4?? debido a 40...£xe6+! ganando.) y después de 40...£b2+ 41.¢g1 y el Rey blanco se cobija en h2.




38...£d2+

Tras este nuevo jaque, la partida es Tablas ya que si 39.¢g1 £d1+ y las blancas cometerían un grave error si movieran 40.¢h2?? pues 40...£h5+ ganaría.

De tal forma el genial cubano perdió un buen manojo de oportunidades. Si Capablanca hubiera ganado esta partida y también la 29ª -como realmente sucedió- el match se habría igualado (4 a 4) y nadie sabe a donde hubiera podido desembocar. Por este motivo algunos comentaristas han señalado cómo el jaque de agonía, con su llamada a la diosa Fortuna, le “regaló” el título a Alekhine. No obstante, recordemos con Capablanca que, “en ajedrez, el buen jugador siempre tiene suerte”...

Audaces fortuna iuvat”

El adagio latino tiene abundantes partidarios cuando se trata de adjudicar a alguna causa el feliz resultado de una partida de ajedrez. Si en la historia del juego hay alguien que haya podido recibir con más propiedad el calificativo de audaz, ese ha sido M. Tahl. Veamos un par de casos donde el GM de Riga se vio favorecido –algunos así pueden pensar- por un “toque” de la Fortuna.
  
En el XLI Campeonato de la URSS, el jugador de Riga no tuvo un feliz desempeño. Defendía su título conseguido en Bakú el año anterior; pero, ahora en Moscú, quedó por debajo de la mitad de la tabla pues empató en los puestos 8/12; y eso, gracias a su triunfo en la última ronda de la forma que vamos a ver...


Tahl - Averkin
XLI Camp. URSS. Moscú, 26.10.1973


El excampeón del mundo, con cara de aburrimiento, pensaba que no tendría más remedio que aceptar las tablas; pero su oponente, en este momento, alargaba la mano para mover ...

69...¦c4??

Tahl no se hizo esperar. Tomó su Caballo y...

70.¤d5!

El conductor de las negras se vio obligado a abandonar, pues la amenaza de mate (70...¦xa4 71.¤e7#) producía una decisiva ganancia de material.
“El cómico final de esta partida –escribiría luego M. Tahl- me dio la posibilidad de jugar al año siguiente en la categoría superior”. Y –añadimos nosotros- ganar en Leningrado su 5º título de campeón de la URSS, compartido con Beljavsky, quien había finalizado el último (¡!) en el anterior campeonato.

(1) En el mes de mayo de 1974 y en la ciudad alemana de Dortmund, se disputó un torneo internacional con la participación de 12 jugadores. La campeona del mundo, Nona Gaprindhasvili, consiguió crear allí la siguiente miniatura:

(2) Meses más tarde (en septiembre) el excampeón mundial fue invitado a participar en un torneo organizado en la Alemania del Este. Tahl quedó primero en Halle con 8 victorias y 5 empates. Y en la ronda 13ª su triunfo llegó después de la siguiente partida.





[Event "Dortmund"] [Site "Dortmund"] [Date "1974.??.??"] [Round "3"] [White "Gaprindashvili, Nona"] [Black "Servaty, Rudolf"] [Result "1-0"] [ECO "B39"] [Annotator "JP29_07"] [PlyCount "33"] [EventDate "1974.05.??"] [EventType "tourn"] [EventRounds "11"] [EventCountry "GER"] [Source "ChessBase"] [SourceDate "2000.11.22"] 1. e4 c5 2. Nf3 Nc6 3. d4 cxd4 4. Nxd4 g6 5. c4 Bg7 6. Be3 Nf6 7. Nc3 Ng4 8. Qxg4 Nxd4 9. Qd1 e5 10. Nb5 O-O {Diagrama [#]} 11. Be2 Qh4 12. Nxd4 exd4 13. Bxd4 Qxe4 14. Bxg7 Qxg2 15. Qd4 Qxh1+ 16. Kd2 Qxa1 {Diagrama [#]} 17. Qf6 1-0 [Event "Halle DSV"] [Site "Halle"] [Date "1974.??.??"] [Round "?"] [White "Tal, Mihail"] [Black "Paehtz, Thomas Sr"] [Result "1-0"] [ECO "B39"] [WhiteElo "2635"] [BlackElo "2480"] [Annotator "JP29_08"] [PlyCount "43"] [EventDate "1974.09.13"] [EventType "tourn"] [EventRounds "15"] [EventCountry "DDR"] [EventCategory "10"] [Source "ChessBase"] [SourceDate "1999.07.01"] 1. e4 c5 2. Nf3 Nc6 3. d4 cxd4 4. Nxd4 g6 5. c4 Bg7 6. Be3 Nf6 7. Nc3 Ng4 8. Qxg4 Nxd4 9. Qd1 e5 10. Nb5 O-O {Diagrama [#]} 11. Qd2 Qe7 12. Be2 b6 13. Nxd4 exd4 14. Bxd4 Qxe4 15. Bxg7 Qxg2 16. Qd4 Qxh1+ 17. Kd2 {Diagrama [#]} Qxh2 18. Bxf8 Kxf8 19. Bf3 d5 20. Bxd5 Rb8 21. Re1 Be6 22. Rxe6 1-0