Julián Alonso Martín
(Jaque 18)
La partida de ajedrez, bien sabido
es, se disputa entre dos únicos contendientes. Pero, aún en las
competiciones más serias, como los torneos, sería difícil asegurar
el absoluto respeto a una norma que está escrita en el artículo 1.1
de las LEYES DEL AJEDREZ. Los amigos, los compañeros de equipo o de
nacionalidad... y hasta el público que asiste a la partida,
“colaboran” a veces, según sus preferencias, con los oponentes
en el juego. Los árbitros identifican, entre las prácticas indignas
del buen ajedrecista, hablar con otros jugadores y pedir opiniones
sobre la marcha de su partida. Estas opiniones no siempre se producen
a petición de alguno de los oponentes. Aunque todos los que asisten
al combate ajedrecístico deben guardar silencio, la incapacidad para
estar callado ha impulsado, en diferentes ocasiones, a alguno de
los presentes a pronunciarse gratuitamente sobre la situación
concreta que muestra el tablero, advirtiendo o molestando a los
contendientes. Recogemos aquí algunos sucesos que tuvieron su causa
en estas incorrectas intervenciones.
Durante el torneo de
Londres 1851, Adolf Anderssen se enfrentaba, en una partida de la 2ª
ronda, al húngaro Josef Szen. En una sala contigua, había muchos
jugadores ingleses que reproducían y comentaban la partida en curso.
Las simpatías se inclinaban, casi unánimemente, a favor del jugador
húngaro pues los ingleses preferían su triunfo al de Anderssen (que
fue, además, el ganador del que se considera primer torneo de la
historia). En un momento crítico, uno de los aficionados ingleses
exclamó en voz alta: “El alemán pierde”,
indicando la jugada ganadora. El rostro de Szen reveló
inmediatamente, la indignación que le embargaba. Meditó largo rato,
mucho tiempo; y por fin realizó una jugada inferior que le llevó a
la derrota. Cuando terminó la partida, le preguntaron si no había
visto la jugada ganadora. Y entonces respondió: “No sólo la he
visto, sino que hasta he oído cómo me la señalaban desde la
habitación contigua; pero no he querido hacer uso de una ayuda tan
ilegal”.
En una de sus
últimas intervenciones en las competiciones ajedrecísticas, el
“Patriarca” del ajedrez soviético vivió una curiosa experiencia
que él mismo ha contado y nosotros recogemos en los párrafos
siguientes. Al torneo de Belgrado (28.11 a 17.12 de 1969) estaban
invitados siete jugadores extranjeros que completaban, junto a los
yugoslavos, una nómina de dieciséis participantes.
(Visor con las partidas del artículo al final)
D. Sahovic - M.
Botwinnik
Belgrado,
1969
(Doy
las gracias a Jesús Seoane de Cádiz por haberme proporcionado la
partida completa)
1.e4
c6 2.d4 d5 3.¤c3 g6 4.h3 dxe4 5.¤xe4 ¥g7 6.¤f3 ¥f5 7.¤g3 ¤f6
8.¤xf5 gxf5 9.¥d3 e6 10.£e2 c5 11.dxc5 £a5+ 12.¥d2 £xc5 13.¥c3
¤c6 14.0–0–0 0–0–0 15.g4 ¤e8 16.¥xg7 ¤xg7 17.£e3 £xe3+
18.fxe3 fxg4 19.hxg4 h5 20.gxh5 ¦xh5 21.¦xh5 ¤xh5 22.¤g5
"Aquí
me di cuenta -escribe Botwwinnik- de que podía proseguir con una
trampa y me dispuse a montarla para mi oponente, un joven maestro
yugoslavo todavía con poca experiencia". (En efecto: Dragutin
Sahovic, nacido en 1941, era el único participante no titulado. Ese
mismo año recibió el de MN; con el tiempo llegó a GM). Las negras
defendieron su peón de f7 con
22...¤e5
"Esta
era, por supuesto, -continúa Botwinnik- mi última opción para
ganar la partida y una buena oportunidad para mejorar mi posición
en la tabla del torneo (al final, entre 16 jugadores, fue séptimo).
Con objeto de que mi oponente no pudiera sospechar nada por la
expresión de mi cara, me levanté de la mesa y me puse a observar el
asunto desde detrás de mi adversario Mientras estaba de pie tras
Sahovic, yo pensaba: ¿Se dará cuenta de la posibilidad de ganar un
peón mediante 23.¤xf7 ¤xf7 24.¥g6....? . Si tal cosa hiciera,
entonces habría seguido 24...¤g3 y después de 25.¥xf7 ¤e2+
(o
bien 25.¦xd8+
¤xd8)
, a las blancas no le quedaría otra cosa que la rendición.
Botwinnik
continuaba en pie sin perderse detalle de la situación . ¡Y qué
emoción!... Mi adversario alargaba la mano hacia su Caballo de g5...
Pero, en este preciso momento, a mi espalda, se oyó claramente la
voz de uno de mis rivales que decía: Es
usted
un astuto diablo..
Así se puso de manifiesto que no era yo el único que habia estado
siguiendo cuidadosamente las acciones de mi oponente. Entonces
Sahovic giró en redondo como si hubiera sufrido un pinchazo... y ya
no volvió a alargar la mano hacia el Caballo. Finalmente jugó:
23.¦h1
y
acordamos las tablas.
Durante una
sesión de simultáneas, quienes se enfrentan al Maestro reciben
multitud de advertencias desde la fila de espectadores que rodean las
mesas. Casi nunca, tales indicaciones son aprovechables.
Algunas de estas intervenciones “externas” se encuadran
dentro de la parcela del humor. El que fuera campeón del mundo,
Enmanuel Lasker, es el protagonista de la siguiente anécdota:
Mientras
observaba, mezclado entre los aficionados, cómo empezaba una
exhibición de simultáneas, uno de los participantes le preguntó
cual era la mejor respuesta después de que se hubiesen efectuado
sobre el tablero los movimientos:
-
e4 f6 2. d4
Lasker
le respondió diciendo que
-
... g5
y
cuando el que preguntaba, siguiendo el consejo del campeón, realizó
la jugada sobre el tablero, el simultaneador repuso, como es lógico,
con
-
Dh4 mate.
El
aficionado, chasqueado, miró furibundo al campeón que, entre las
carcajadas de los que les rodeaban, le explicó que su propuesta “era
la mejor...¡para las blancas!”.
Pero la intervención
de terceros ajenos al combate ajedrecístico no siempre es tan
inocente. Las conversaciones entre “amigos” componen escenas
frecuentes en la sala del torneo. En el recuerdo queda la enérgica
postura de Fischer cuando, en el Interzonal de Palma de Mallorca
(novbre-dicbre 1970), encargó a Ed Edmonson que vigilara
constantemente el área de juego y advirtió, a los rusos en
particular, que tomaría serias medidas si ocurría algo irregular.
El Reglamento prohibía entonces “recurrir a consejos, avisos u
opiniones de terceros, los hayan solicitado o no”. Los
participantes rusos eran Géller, Smyslov, Taimanov y Polougaievsky;
y sus “segundos”, Gufeld, Keres, Vasiukov y Boleslavsky. Un
conjunto de enorme fuerza que, en la sala de juego –todo hay que
decirlo-, actuó correctamente.... Y Fischer ganó holgadamente la
competición.
![]() |
Fischer
tenía razones...
|
Claro que el genio
americano había llegado a Palma de Mallorca un tanto “escaldado”
después de sufrir más de una experiencia negativa, de incorrectos
comportamientos, al respecto. Del 12 al 27 de abril de ese mismo año
de 1970, Fischer había participado en el Torneo de la Paz celebrado
en las ciudades yugoslavas de Rovinj y Zagreb. Ganador incontestable
(sacó 2 puntos de ventaja a un quinteto formado por Hort, Gligoric,
Smyslov, Korchnoi y Petrossian) hubo de padecer, no obstante, el
siguiente tropiezo:
R. Fischer - V.
Kovacevic
Zagreb,
1970
1.e4
e6 2.d4 d5 3.¤c3 ¥b4 4.a3 ¥xc3+ 5.bxc3 dxe4 6.£g4 ¤f6 7.£xg7
¦g8 8.£h6 ¤bd7 9.¤e2 b6 10.¥g5 £e7! 11.£h4 ¥b7 12.¤g3 h6!
13.¥d2 0–0–0 14.¥e2 ¤f8 15.0–0 ¤g6
Hemos
de reconocer que las negras han jugado bien sus bazas; la Dama
enemiga tiene pocas opciones...
16.£xh6
"Exceso
de optimismo, subestimación del adversario o reconocimiento de que
su posición es comprometida?, se pregunta O´Kelly comentando la
partida.
16...¦h8
17.£g5 ¦dg8 18.f3
En
este preciso momento comenzó a gestarse un suceso, cuyo desarrollo
contaremos en la misma forma en que lo hemos leído. Mientras
paseaban por la sala, Korchnoi y Petrossian se dieron cuenta de que
Fischer había tendido una celada al inexperto(?) Kovacevic. Se
alejaron de esta mesa de juego y comentaron entre ellos tal
posibilidad. La esposa del excampeón, Rona Petrossian, les
escuchaba... Al momento, ante los asombrados ojos de aquellos, Rona
cruzó la sala y susurró
en el oído
de Kovacevic una advertencia para que evitara la "preparación"
del americano...
18...e3!!
La
trampa consistía en que si 18...¤h4? , Fischer entregaría su Dama,
19.fxe4 ¦xg5 , y después de 20.¥xg5 obtendría una posición con
grandes posibilidades. Seguramente Kovacevic, que quedó muy bien
clasificado en la mitad de la tabla, habría descubierto por sí
mismo el peligro que le acechaba; pero la acción de Rona Petrossian
constituyó, por supuesto, una injerencia intolerable.
19.¥xe3
¤f8!
El
jugador yugoslavo conduce con mano firme el resto de la partida.
20.£b5
¤d5 21.¢f2 a6 22.£d3 ¦xh2 23.¦h1 £h4 24.¦xh2 £xh2 25.¤f1
¦xg2+ 26.¢e1 £h4+ 27.¢d2 ¤g6 28.¦e1 ¤gf4 29.¥xf4 ¤xf4 30.£e3
¦f2
...
y de esta manera sufrió Fischer la única derrota en el torneo.
Con independencia de la
situación que muestre el tablero en ese momento, son las fases que
se desarrollan bajo el apremio de tiempo las que requieren mayor
concentración de los implicados. Cualquier intervención “externa”
en tan apurada circunstancia puede tener consecuencias funestas... La
historia conserva escrita la causa del desenlace de la única
partida que Capablanca perdiera en Nottingham 1936, un formidable
torneo que, a pesar de todo, lideraría en compañía de Botwinnik.
Sucedió que, en la tercera ronda, se enfrentaba conduciendo las
piezas negras a Salomón Flohr y que, después de la 37º movimiento
de éste, en el tablero aparecía la siguiente posición:
S.
Flohr - R. Capablanca
Nottingham,
1936
Capa
movió
37...£c8?
sin
advertir la fuerte respuesta de su rival: 38.¤f5!
El
cubano respondió inmediatamente: 38...¦g6
;
pero
después de 39.¤d6!
¦xg3 40.¤xc8 ,
no
le quedaba más remedio que perder material.
40...¦xg2+
entregando
la calidad pues si 40...¦g4 41.¤xb6.
41.¢xg2
¦xc8 42.¥a2 ¦c6 43.¥xd5
...y
el Negro terminó perdiendo en la tercera sesión de juego.
La justificación de
esta derrota fue explicada por Capablanca, en la revista soviética
“64”, en los siguientes términos: “La falta de tiempo
nos agobiaba, mientras realizábamos los últimos movimientos.
Quedaban por hacer 4 de ellos cuando, de repente, en torno a nosotros
se congregaron periodistas, participantes y otras personas. En tales
condiciones es imposible seguir jugando. Euwe que estaba junto al
tablero se entrometió varias veces, indicando a Flohr el número de
movimientos que le quedaban por hacer, pues ambos habíamos dejado de
anotarlos. Al pedirle que guardara silencio, empezó a discutir
conmigo tratando de convencerme de que estaba facultado para
intervenir en aquello. Tal injerencia en el juego era inadmisible;
mientras tanto, el principal responsable del torneo estaba ocupado en
su correspondencia y no hizo nada por evitarla. Como consecuencia de
esta interferencia, cometí un grave error y perdí la calidad.”
¡Bueno!... Estas explicaciones sonaron a excusa. Capablanca se
equivocaba, pues el control de tiempo se hacía en la 36ª jugada...
A Euwe, a la sazón campeón del mundo, no se le conocía un
comportamiento así... Pero –decimos nosotros- algo debió
suceder...
Las conversaciones
entre participantes son inevitables... Su contenido no trasciende la
mayor parte de las veces, por la discreción con que se rodean. En
otras ocasiones, tienen un efecto acaso decisivo para el resultado
del combate que se desarrolla en una mesa cercana. Lo vimos en el
caso contado por Botwinnik. Nos referiremos ahora a un suceso
semejante ocurrido casi 50 años antes de aquel.
“Apenas terminada
nuestra Guerra Civil –escribe Grekov- el Gobierno soviético inició
el desarrollo de la vida cultural. El ajedrez tenía un lugar de
honor en este programa”. Se hizo una investigación para encontrar
a todos los jugadores conocidos antes de la Revolución. Treinta de
entre los que se hallaron fueron invitados a la capital; solamente
dieciséis aceptaron... Una de las partidas que resultó clave para
definir el orden de clasificación del conocido luego como Primer
Campeonato Soviético, celebrado en Moscú durante el mes de octubre
de 1920, se disputó en la primera ronda:
P. Romanovsky - G.
Levenfish
Moscú,
1920
El
diagrama refleja la situación que presentaba el tablero después de
realizado el 33 movimiento de las blancas
33...£xa2
Las
negras se inclinan por el dominio de la segunda fila del campo
adversario, continuación que, sin duda, presenta un gran atractivo.
Pero, como el mismo Levenfish indicó más tarde, la jugada que
llevaba directamente al triunfo era 33...£d8! Después de la mejor
respuesta del adversario, 34.£a6! , las negras mostrarían sus
verdaderas intenciones con 34...£g8 . Y ahora si, por ejemplo,
35.£xc6+, las negras contestarían 35... ¢d8!, pero no 35...bxc6
debido a 36.¦b8+ ¢c7
37.¦1b7#
La situación de las blancas es, de todas formas, muy delicada y
Romanovsky se puso a pensar profundamente. Mientras tanto, Levenfish
se levantó de su asiento y comenzó a dar un paseo por la sala de
juego. Al poco se le acercó Alekhine, que había estado observando
la posición, y dejó caer en su oído: "¡Ah!,
con que preparando un mate en
g2..."
La intervención de tan cualificado comentarista debió excitar
enormemente el ánimo de Levenfish...
34.e5
¦g3+??
Las
negras equivocan el camino de la victoria. La continuación más
sencilla parece: 34...¦xh2 35.¦g1 (la mejor para evitar el mate)
35...¦g2 (consideración
merece 35...¥h4
) y
si, ahora, 36.exf6 ¦xg1 37.¥xg1 £g2+ 38.¢e3 £xg1+ 39.¢e2 ¦xd4
, etc. Pero Levenfish se ha obnubilado con el mate y pretende
añadirle una brillantez que, como veremos, no procede.
35.hxg3
£g2+ 36.¢g4 ¦d8 37.£h7!
La
amenaza negra estaba bien clara: 37... ¦g8+ 38.¢h5 ¦h8+ 39.¢g4
¦h4#; y no servía 37.exf6 , debido a 37...¦g8+ 38.¢h5 £xg3 que
lleva al mate. Las blancas, sin embargo, encontraron esta formidable
defensa: su Dama vigila la casilla g8 y el Alfil adversario sigue
amenazado..
37...¦h8
En
caso de 37...£e2+ seguía 38.¢xh3 ¦h8 39.£xh8+ ¥xh8 40.¦xb7!
£h5+ (el Alfil blanco es tabú) 41.¢g2 £e2+ 42.¥f2 y el bando
Negro no tiene solución.
38.£xh8+
¥xh8 39.¦xb7 £e2+ 40.¢h4 £a6 41.¦b8+ ¢c7 42.¥d2 y el bando
negro abandonó.
Al
final de la competición, Alekhine lideraba la clasificación con 12
puntos y le seguían Romanovsky con 11 y Levenfish con 10...
![]() |
(MANUAL
de Paluzíe. Miscelánea)
|
[Event "Rovinj/Zagreb"]
[Site "Zagreb"]
[Date "1970.04.21"]
[Round "8"]
[White "Fischer, Robert James"]
[Black "Kovacevic, Vlatko"]
[Result "0-1"]
[ECO "C15"]
[Annotator "JP18_02"]
[PlyCount "60"]
[EventDate "1970.04.12"]
[EventType "tourn"]
[EventRounds "17"]
[EventCountry "YUG"]
[Source "ChessBase"]
[SourceDate "1999.07.01"]
1. e4 e6 2. d4 d5 3. Nc3 Bb4 4. a3 Bxc3+ 5. bxc3 dxe4 6. Qg4 Nf6 7. Qxg7 Rg8 8.
Qh6 Nbd7 9. Ne2 b6 10. Bg5 Qe7 11. Qh4 Bb7 12. Ng3 h6 13. Bd2 O-O-O 14. Be2 Nf8
15. O-O Ng6 16. Qxh6 Rh8 17. Qg5 Rdg8 18. f3 {Diagrama [#]} e3 19. Bxe3 Nf8 20.
Qb5 Nd5 21. Kf2 a6 22. Qd3 Rxh2 23. Rh1 Qh4 24. Rxh2 Qxh2 25. Nf1 Rxg2+ 26. Ke1
Qh4+ 27. Kd2 Ng6 28. Re1 Ngf4 29. Bxf4 Nxf4 30. Qe3 Rf2 0-1
[Event "Nottingham"]
[Site "Nottingham"]
[Date "1936.??.??"]
[Round "?"]
[White "Flohr, Salo"]
[Black "Capablanca, Jose Raul"]
[Result "1-0"]
[ECO "D59"]
[Annotator "JP18_03"]
[PlyCount "127"]
[EventDate "1936.08.10"]
[EventType "tourn"]
[EventRounds "14"]
[EventCountry "ENG"]
[Source "ChessBase"]
[SourceDate "1999.07.01"]
1. d4 Nf6 2. c4 e6 3. Nc3 d5 4. Bg5 Be7 5. e3 O-O 6. Nf3 h6 7. Bh4 b6 8. cxd5
Nxd5 9. Bxe7 Nxe7 10. Be2 Bb7 11. O-O Nd7 12. Qa4 a6 13. Rfd1 Nd5 14. Rac1 Rc8
15. Nxd5 exd5 16. Bd3 c5 17. dxc5 Nxc5 18. Qd4 Re8 19. Bf5 Rc7 20. Qf4 Rce7 21.
Nd4 a5 22. Bd3 Re5 23. Bb5 R8e7 24. Qf3 Rg5 25. Qe2 Rg6 26. Bd3 Rf6 27. Bb1 Ba6
28. Qh5 Bb7 29. a3 a4 30. Qg4 Re5 31. Nf3 Re7 32. Nd4 Re5 33. Nf3 Re7 34. Qg3
Ba6 35. Nd4 Rd7 36. Bf5 Rc7 37. Bb1 {Diagrama [#]} Qc8 38. Nf5 Rg6 39. Nd6 Rxg3
40. Nxc8 Rxg2+ 41. Kxg2 Rxc8 42. Ba2 Rc6 43. Bxd5 Rg6+ 44. Kh1 Nd3 45. Rc2 Rd6
46. Bf3 Rf6 47. Be4 Rd6 48. Bxd3 Bxd3 49. f3 Bxc2 50. Rxd6 b5 51. Kg2 Bb3 52.
Rb6 Bc4 53. Kg3 Kf8 54. Kf4 Ke7 55. Ke5 Be2 56. f4 Bc4 57. Rb7+ Kf8 58. f5 f6+
59. Kf4 h5 60. e4 Be2 61. e5 fxe5+ 62. Kxe5 Bc4 63. Kf4 h4 64. Kg5 1-0
[Event "URS-ch01"]
[Site "Moscow"]
[Date "1920.??.??"]
[Round "1"]
[White "Romanovsky, Peter Arsenievich"]
[Black "Levenfish, Grigory"]
[Result "1-0"]
[ECO "B16"]
[Annotator "JP18_04"]
[PlyCount "83"]
[EventDate "1920.10.04"]
[EventType "tourn"]
[EventRounds "15"]
[EventCountry "URS"]
[Source "ChessBase"]
[SourceDate "1999.07.01"]
1. e4 c6 2. d4 d5 3. Nc3 dxe4 4. Nxe4 Nf6 5. Nxf6+ gxf6 6. Be3 Bf5 7. Bd3 Bg6
8. Ne2 Na6 9. Bxa6 Qa5+ 10. Qd2 Qxa6 11. O-O e6 12. Ng3 O-O-O 13. Qc3 h5 14.
Rfe1 Qa4 15. Re2 h4 16. Nf1 Qb5 17. Qe1 h3 18. g3 Bh5 19. Rd2 Qxb2 20. c4 Qa3
21. c5 Bg6 22. Qe2 Be4 23. f3 Bd5 24. Rb2 Bg7 25. Rab1 Rd7 26. Nd2 f5 27. Kf2
f4 28. gxf4 Bf6 29. Ne4 Bxe4 30. fxe4 Rg8 31. Rb3 Rg2+ 32. Kf3 Qa5 33. Qd3 {
Diagrama [#]} Qxa2 34. e5 Rg3+ 35. hxg3 Qg2+ 36. Kg4 Rd8 37. Qh7 Rh8 38. Qxh8+
Bxh8 39. Rxb7 Qe2+ 40. Kh4 Qa6 41. Rb8+ Kc7 42. Bd2 1-0
[Event "Belgrade"]
[Site "Belgrade"]
[Date "1969.??.??"]
[Round "14"]
[White "Sahovic, Dragutin"]
[Black "Botvinnik, Mikhail"]
[Result "1/2-1/2"]
[ECO "B15"]
[Annotator "JP18_01"]
[PlyCount "45"]
[EventDate "1969.??.??"]
[EventType "tourn"]
[EventRounds "15"]
[EventCountry "YUG"]
[Source "ChessBase"]
[SourceDate "1999.07.01"]
1. e4 c6 2. d4 d5 3. Nc3 g6 4. h3 dxe4 5. Nxe4 Bg7 6. Nf3 Bf5 7. Ng3 Nf6 8.
Nxf5 gxf5 9. Bd3 e6 10. Qe2 c5 11. dxc5 Qa5+ 12. Bd2 Qxc5 13. Bc3 Nc6 14. O-O-O
O-O-O 15. g4 Ne8 16. Bxg7 Nxg7 17. Qe3 Qxe3+ 18. fxe3 fxg4 19. hxg4 h5 20. gxh5
Rxh5 21. Rxh5 Nxh5 22. Ng5 {Diagrama [#]} Ne5 23. Rh1 1/2-1/2